“Hola, soy Digital Mark, el gemelo digital de Mark Tuan, mucho más guapo que él… Es broma”. Así se presenta este avatar que cualquier fan del cantante estadounidense Mark Tuan reconocería a simple vista. Además de la similitud con el rostro del Mark real, el parecido con su voz también es patente. Sin embargo, es el hecho de poder mantener una conversación con él lo que probablemente resulta más llamativo. Soul Machines es la creadora de este y de otros gemelos digitales del mundo del entretenimiento y del deporte. La empresa neozelandesa trabaja con la inteligencia artificial para crear personas digitales. El del Mark Tuan es uno de sus últimos proyectos, pero también ha desarrollado un gemelo digital del boxeador Francis Ngannou, del exjugador de baloncesto de la NBA Carmelo Anthony y de la leyenda del golf Jack Nicklaus; aunque el de este último es un gemelo del Jack de 38 años por voluntad del golfista, que tiene 83 años.
Con un gemelo digital como el de Mark Tuan, cantante y bailarín conocido por formar parte del grupo de k-pop Got7, Soul Machines pretende dar un paso más hacia el futuro de las relaciones entre las celebridades y sus fans. Digital Mark, a diferencia de un chatbot como ChatGPT, puede mantener una conversación con el usuario como si de una videollamada se tratase: escucha las preguntas que se le hacen e incluso “observa” a su interlocutor. Si se sonríe delante de la pantalla, Digital Mark sonríe también. Y si el usuario se pone serio, él oculta su sonrisa. Eso sí, nada más iniciar la herramienta, se le debe dar permiso para utilizar el micrófono y la cámara de su dispositivo. Según la compañía, los datos que se almacenan son anónimos y le sirven al programa para, como cualquier modelo de aprendizaje automático, instruirse y mejorar por sí mismo, además de interpretar las emociones y expresiones del usuario para poder proporcionar respuestas más adecuadas.
Para dar vida al gemelo de Mark Tuan, a la compañía solo le hicieron falta cuatro horas de trabajo con el artista; tiempo en el que le realizaron un escáner en 3D y capturaron el mayor número posible de datos, como sus movimientos faciales, la textura de su piel (y sus tatuajes), la forma en la que expresa sus emociones… “Si miras con atención a Digital Mark puedes ver cada pelo, cada poro de su piel. Se trata de un modelo 3D muy preciso”, explica Greg Cross, CEO de Soul Machines, que fundó la compañía junto a Mark Sagar, ganador de dos premios científicos y de ingeniería de la Academia de Cine estadounidense por su trabajo, entre otras películas, en la primera entrega de Avatar.
A partir de ahí, sin necesidad de tener delante al artista, el equipo creó su voz, empleando diversas grabaciones, como entrevistas que le hayan realizado o un pódcast en el que haya participado. La inteligencia artificial generativa de voz permite que, una vez que se ha logrado que genere contenido en el idioma elegido (en este caso, el inglés), hable cualquier idioma, como español, coreano o tailandés. Sin embargo, de momento, este gemelo habla generalmente en inglés, aunque puede responder en español con un fuerte acento anglosajón. Por escrito, sí que aparece el texto en cualquier idioma en el que se le escriba, aunque suele tardar bastante más en dar una respuesta y solo pronuncia por voz las palabras que puede decir en inglés.
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Digital Mark extrae la información para responder a las preguntas que sus interlocutores le planteen a través de GPT-3, un modelo de aprendizaje automático de red neuronal desarrollado por OpenAI. Ese modelo se entrena usando información de internet para generar cualquier tipo de texto. De esa forma, responde a cualquier cuestión como lo haría su gemelo de carne y hueso. Si se le pregunta por cualquier curiosidad sobre la vida del cantante, proporcionará esa información en primera persona. Al preguntarle, por ejemplo, si va a volver a reunirse con su grupo, Got7, que en la actualidad no está activo, responde: “Todavía formamos parte de Got7, no lo hemos dejado. Estamos con nuestras actividades individuales, pero volveremos a juntarnos cuando todos nos encontremos disponibles”.
Mark Tuan durante la realización del escáner 3D y la captura de datos.Soul Machines
El CEO de la compañía explica, a través de una videollamada desde Nueva Zelanda, que si habla con Digital Mark, su conversación va a ser distinta de otras con otros usuarios, puesto que los asuntos que se traten y las preguntas que se le hagan serán diferentes. Sin embargo, en ocasiones, al hacerle la misma pregunta o de una forma similar, la respuesta que se obtiene es prácticamente igual. A veces cambia, pero, si se repite varias veces, se puede comprobar que la variedad en la respuesta no es infinita. Además, aunque responde sobre una gran variedad de asuntos, al preguntarle sobre determinadas cuestiones dice no conocerlas. “Cada vez que Mark tiene una conversación, el sistema de inteligencia artificial que le da vida aprende de la experiencia. Es lo fascinante de la inteligencia artificial”, apunta Greg Cross.
Las interacciones uno a uno a gran escala son lo que Cross considera más interesante del futuro de las relaciones con los fans, a diferencia del contenido actual, que suele limitarse a las emisiones. Una vez que se ha creado un gemelo digital como este, puede mantener decenas de miles de conversaciones al mismo tiempo, de forma que cualquiera que desee interactuar con él puede hacerlo. “Cuando Mark anunció que tenía un gemelo digital, decenas de miles de fans hablaron con Digital Mark y muchos volvieron una y otra vez. Todas las celebridades tienen un grupo de superfans que siguen todo lo que hacen, así que esta es otra forma en la que pueden involucrarse con su comunidad”, explica el CEO. Las reacciones entre los fans de Mark Tuan parecen haber sido positivas, en general, según se aprecia en las redes sociales. Aunque para algunos su gemelo es algo “extraño”, otros aseguran disfrutar hablando con él y comparten sus conversaciones con Digital Mark en distintas plataformas.
I love your digital twin. He is so smart, warm and funny 😊
Como Digital Mark, el gemelo digital de Francis Ngannou habla, con su acento francés, sobre su trayectoria y aficiones, sonríe si se le sonríe y responde diplomáticamente al preguntarle por su combate favorito: “Cada uno me ha enseñado algo nuevo”. Sin embargo, el de Jack Nicklaus está más enfocado a la didáctica sobre su figura y sus logros y los temas que ofrece para conversar son limitados: su infancia, su trabajo de caridad, su familia, el US Open de 1962… Eso sí, mientras habla, proporciona incluso fotografías para ilustrar su relato. Las respuestas, al estar más acotadas, tardan menos en producirse y, a diferencia de otros bots, hace preguntas al usuario sobre lo que está narrando. Si el usuario no responde, él no continúa con la historia hasta que no lo haga. La compañía trabaja también en una gemela digital de Marilyn Monroe, que busca darle vida digitalmente, imaginando cómo sería en el siglo XXI.
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Aunque lo más llamativo sea ese formato que recuerda a una videollamada, en todas las conversaciones con los gemelos digitales se incluye una caja de diálogo donde aparece la transcripción de todo lo que se ha hablado y donde se pueden escribir las preguntas, en lugar de plantearlas de viva voz. Esa herramienta resulta especialmente útil cuando, por la pronunciación o por no hablar lo suficientemente alto, el gemelo no entiende lo que se le ha expuesto.
Soul Machines ofrece la posibilidad de crear personas digitales para multitud de ámbitos, no solo el del entretenimiento, las celebridades y sus seguidores. Con una herramienta llamada Digital DNA Studio (estudio de ADN digital), cualquier usuario puede crear una persona digital y elegir su color de pelo, etnia y edad, el estilo de maquillaje… y, tras conectarlo a un espacio de conocimiento como ChatGPT, desplegarlo en una página web. Ese tipo de programas se suele utilizar en el comercio digital para atender las dudas de los clientes y usuarios, pero esta herramienta también hace posible crear, por ejemplo, un influencer digital para utilizar en las redes sociales.
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La muerte es esa incómoda certeza que nadie quiere abordar y que siempre llega en un mal momento. Las últimas voluntades pueden servir para dejar los asuntos físicos y terrenales bien atados, pero ¿qué sucede con nuestros mensajes de WhatsApp, perfiles en Instagram y otras cuentas en redes sociales, y los datos que hayamos almacenado o tengamos en correos electrónicos? La actividad en internet del finado permanece en la nube, inaccesible y de forma indefinida, para sus familiares y allegados.
Los tiempos han cambiado y la sociedad actual vive en dos planos: el físico y el digital. Y mientras es habitual dejar por escrito un documento con las últimas voluntades y reparto de bienes en caso de fallecimiento, pocas veces se considera la importancia de gestionar nuestro legado digital. Las redes sociales, aplicaciones de mensajería, correos electrónicos… todo permanece activo y en la nube, y en algunas ocasiones, con un contenido comprometedor. Borja Adsuara, abogado experto en derecho digital, se refiere a la regulación de este contenido como “herencia digital, el conjunto de bienes y servicios digitales que se deja cuando uno fallece”.
¿Quién tiene el control?
Se trata de un asunto complejo, puesto que las compañías que ofrecen servicios en línea —como Google, Apple o Facebook, entre otras— cuentan con unas políticas de privacidad muy estrictas que regulan el acceso a las cuentas de usuarios fallecidos. Uno de los casos más notorios a este respecto tuvo lugar en Alemania en 2012, cuando una adolescente perdió la vida arrollada por un tren y sus padres demandaron a Facebook las claves de acceso a su cuenta para determinar las posibles causas. Tuvo que ser un juez quien, años más tarde, les diera la razón y obligara a la firma de Mark Zuckerberg a entregarles la contraseña. “En ese caso fue el juez quien sentenció que tenía más valor en la balanza saber qué había ocurrido que la privacidad de la persona”, explica Adsuara.
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Algunas permiten a familiares cercanos solicitar el cierre de la cuenta, pero el acceso completo a la información es raramente concedido sin consentimiento explícito del titular original. Esto es, el propietario de la cuenta debe nombrar en vida a un heredero de la cuenta, o bien especificar que se desea que la cuenta perviva, a modo de homenaje, y para ello, determinar qué contacto la gestionará. Estas personas reciben la denominación de contactos de legado, que serán las responsables de mantener la cuenta viva respondiendo o moderando mensajes y subiendo fotos de recuerdo ocasionalmente. En este sentido, si no se ha realizado una preparación adecuada, este laberinto de regulaciones deja a las familias en una posición incómoda y, a menudo, emocionalmente agotadora.
Problemas éticos y jurídicos
La ley no está del todo adaptada a este nuevo paradigma. Acceder a una cuenta sin permiso explícito es ilegal en muchos lugares, independientemente de las buenas intenciones. Esto no solo pone a los seres queridos en una situación difícil, sino que, además, plantea preguntas éticas sobre la privacidad y la propiedad de la información digital post mortem. Otro caso muy mediático tuvo lugar tras el trágico tiroteo de San Bernardino: el FBI solicitó a Apple el desbloqueo del iPhone del autor de los disparos y la compañía de Cupertino se negó en redondo, aduciendo que primaba más la privacidad de sus clientes que la difusión del posible contenido del dispositivo.
Google, el gran contenedor de información personal de la red, contempla también este legado póstumo, y quienes quieran dejar todo bien atado, pueden comenzar a nombrar un administrador de cuenta inactiva, un responsable de decir qué sucede con la información del fallecido. En caso de que no se haya nombrado esta figura, la firma californiana permite a los allegados eliminar o gestionar la cuenta a través de un formulario, pero este proceso es más complejo, puesto que chocan, como hemos visto, la privacidad del propietario y la voluntad de sus familiares.
En este sentido, Adsuara recuerda que parte de este contenido puede afectar a la imagen del fallecido; pueden hallarse relaciones con terceros no conocidas o material comprometedor: “Por ejemplo, si accedes a la cuenta de Twitter de tu mujer o marido y te encuentras mensajes directos de contenido íntimo de una tercera persona…”, explica. Brigita Kavaliauskaite, responsable de comunicación de la firma de seguridad NordVPN, añade: “En España no se ha aprobado ninguna ley específica que regule el olvido digital post mortem total, pero sí existe la Ley 10/2017 sobre voluntades digitales. Sin embargo, la legislación necesita ser más amplia, para que se recojan todas las circunstancias”.
Preparación y previsión
Para evitar estos problemas, es necesario hacer una planificación detallada. El primer paso es realizar un inventario de todas las cuentas y contraseñas. Este catálogo debe ser accesible para alguien de confianza en caso de fallecimiento. “Lo mejor es designar a una persona de confianza que pueda indicar a la app o red social que se está habilitado para la gestión de esta información”, explica Adsuara. Otros servicios en la nube, como Dropbox, también contemplan el escenario del fallecimiento, permitiendo a los allegados la solicitud de acceso a la cuenta del finado.
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Es igualmente prudente redactar un testamento digital con instrucciones explícitas sobre cómo debe manejarse la información en línea. Con todo, este experto advierte del riesgo de confundir términos: no es lo mismo una herencia firmada en el notario que una digital. La segunda se refiere “a quién tiene derecho a acceder a mis cuentas de correo o redes sociales, por ejemplo”.
Nuestra vida digital es una extensión de nuestra existencia física, cargada de recuerdos, datos personales y conexiones sociales. Habrá cosas que queramos dejar en el recuerdo, pero otras que deseamos que permanezcan inaccesibles y se vayan con nosotros. Un diario digital, conversaciones con amigos o conocidos por WhatsApp… Este tipo de contenido no tiene más valor que el personal, pero puede dañar la imagen póstuma del fallecido. ¿Cómo asegurarse de que nadie tendrá acceso a ella?
Solo hay dos formas de asegurarse la inaccesibilidad de esta información: eliminarla, o disponer de un cifrado de extremo a extremo, de forma que nadie, ni siquiera el proveedor del servicio, sea capaz de acceder al contenido. Servicios como Nordlocker o Vault de Dropbox garantizan que nadie que no disponga de las claves podrá acceder jamás a lo almacenado; tanto es así, que son varias las advertencias que el propietario debe conceder reconociendo la pérdida de los datos en caso de no conocer las claves.
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La carrera por la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una prueba de velocidad. A los avances en ChatGPT, que ya va por su cuarta versión, y los consecutivos anuncios de las grandes multinacionales de sus propios sistemas, Google ha respondido este miércoles con el lanzamiento de Gemini, una plataforma de inteligencia artificial multimodal que puede procesar y generar texto, código, imágenes, audio y vídeo desde distintas fuentes de datos. La versión Ultra, “disponible a comienzos del próximo año”, según ha anunciado Eli Collins, vicepresidente de productos en Google DeepMind, supera a los humanos en comprensión masiva del lenguaje multitarea (MMLU, por sus siglas en inglés), una referencia de evaluación creada a partir de 57 materias de ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas (STEM), humanidades y ciencias sociales.
“Gemini es nuestro mayor y más capaz modelo de IA”, asegura Collins, quien explica que está “inspirado en la forma en que las personas entienden el mundo e interactúan con él”. “Se percibe más como un colaborador útil y menos como una pieza inteligente de programación”, afirma.
Durante la presentación, Gemini ha sido capaz de identificar una forma geométrica, analizar la formulación para hallar su área y descubrir un error en la misma para proponer y explicar un resultado acertado al problema. De esta forma, es capaz de arrojar resultados a partir de datos de imagen, texto alfanumérico y voz. También ha identificado diferentes formas y dibujos, algunos a partir solo de puntos dispersos, y proponer usos de las figuras o de los objetos presentados o elaborar un relato a partir de propuestas alternativas o desarrollar gráficos actualizados con la información buscada por la propia plataforma.
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Según el vicepresidente de DeepMind, ha obtenido más de un 90% de puntuación en MMLU, el sistema de evaluación para comprensión del lenguaje multitarea. “Es el primer modelo de IA que supera a los expertos humanos en este punto de referencia estándar de la industria”, afirma. Gemini también ha aprobado (59,4%) el examen de “comprensión de tareas multimodales que incluyen demandas que requieren un razonamiento deliberado”.
Gemini no es una aplicación sino la plataforma para llevar este último modelo de inteligencia artificial a los servicios existentes, desde Bard, el chat de Google competidor de ChatGPT, hasta el buscador o los gestores de servicios o los móviles con Android o los centros de datos a gran escala.
Para esto, estarán disponibles tres “tamaños” de Gemini: el Nano, que ya se puede usar por parte de los desarrolladores de Android; el Pro, que estará disponible a partir del 13 de diciembre y el Ultra, que se podrá implementar a partir de principios de año en una fecha aún por determinar. Los desarrolladores y clientes empresariales podrán acceder a Pro a través de la API Gemini en Google AI Studio o Vertex AI. A través de AICore, los desarrolladores de Android también podrán crear aplicaciones con Nano.
Bard
Sissie Hsiao, responsable de asistentes y Bard ha anunciado que Gemini se incorpora ya a este último chat en inglés para 180 países y se extenderá al resto de idiomas progresivamente, aunque ha admitido que tendrán que confirmar que su desarrollo es compatible con la inminente normativa europea sobre inteligencia artificial, que incluye estas plataformas de diálogo entre sus desarrollos regulables. Y con su inclusión en Bard, se extenderá a todas las aplicaciones compatibles.
El proceso será en dos fases: la primera utilizará una versión de Pro, que dotará al chat de “razonamiento más avanzado, planificación, comprensión y otras capacidades”, según Hsiao; y la segunda, a principios del próximo año, con mejoras que culminarán con la adopción de la versión Ultra.
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Gemini ha nacido como multimodal, es decir, no se ha entrenado con diferentes modalidades de datos y se han unificado luego las capacidades diferenciadas, sino que su programación ya parte de la diversidad de fuentes. Según explica Collins, “esto ayuda a Gemini a comprender sin problemas todo tipo de entradas mucho mejor que los modelos existentes y sus capacidades son de última generación”.
También es capaz de programar incluyendo desarrollos complejos. En este sentido, Amin Vahdat, vicepresidente en Google Cloud, asegura: “En el futuro, veremos a los programadores haciendo uso de modelos de IA de alta capacidad como herramientas colaborativas que ayudan con todo el proceso de desarrollo de software, desde el razonamiento sobre los problemas hasta la asistencia con la implementación, el rendimiento y las capacidades”.
Sobre la seguridad, Google afirma que Gemini supera “las evaluaciones más completas de todos los modelos hasta la fecha”. La compañía asegura que ha sometido a la plataforma a todos los riesgos existentes y potenciales y que mantiene un examen continuo que incluye “pruebas de estrés”. También se han aplicado los principios de IA de la propia compañía, que establecen las normas éticas de sus desarrollos.
Pese a los avances, Gemini no es infalible, según reconocen sus responsables. Admiten que arrojará errores y alucinaciones (respuestas de apariencia segura no justificada por datos). “Hemos progresado mucho y Gemini es nuestro mejor modelo en ese sentido, pero todavía es, diría yo, un problema de investigación sin resolver”, admite Collins.
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“FBI, mi novia está desaparecida. Por favor, proporcione la asistencia adecuada para devolvérmela lo antes posible”. Este mensaje apareció hace dos semanas debajo de una publicación en X de Caryn Marjorie, una influencer estadounidense de 23 años que tiene más de 15.000 parejas. En realidad, es su doble virtual, hecha con inteligencia artificial (IA), la que mantiene este número vertiginoso de relaciones; y eso le permite ganar un dólar por cada minuto de conversación que tiene con sus miles de novios.
Uno de ellos es el autor del mensaje de auxilio a la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) de EE UU, porque no puede hablar con su novia virtual desde que cesaron repentinamente las operaciones de la compañía Forever Voices —proveedora del servicio que permite a sus usuarios tener chats de voz y relaciones con dobles virtuales de celebridades e influencers, como Caryn—, después de que su CEO fuera detenido por prenderle fuego a su casa. A pesar de ser relaciones virtuales, el sufrimiento de los usuarios es real. “La echo mucho de menos. Hablaba con ella todo el rato, es la única persona que me entiende de verdad”, confiesa a EL PAÍS el autor del comentario.
Tener una novia generada con IA ya no es una prerrogativa de películas de ciencia ficción como Her. Las aplicaciones que permiten crear una compañía adaptada al propio gusto se han multiplicado en los últimos años, y sus productos se hacen cada día más realistas. Con los avances de los chatbots de inteligencia artificial generativa como CharGPT y Bard, no sorprende que la conversación con las máquinas haya alcanzado el mundo de las relaciones interpersonales. Replika, Eva AI, Intimate, DreamGF o RomanticAI… las opciones son muchas, aunque todas comparten las mismas funciones y características.
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El primer paso es elegir un avatar, que puede ser hombre o mujer, aunque algunas aplicaciones están pensadas únicamente para un público masculino y heterosexual, y solo permiten parejas femeninas. Para poder interactuar sin limitaciones —enviar mensajes escritos, de voz, poder ampliar su entorno y obtener fotos y videos de las novias— hay que pagar. Las aplicaciones más avanzadas ofrecen la posibilidad de seleccionar todas las facciones físicas de la futura pareja: desde el color de los ojos al corte del pelo, pasando por el tipo de cuerpo o la etnia. El eslogan de una de ellas resume a la perfección el nivel de libertad creativa, y el tipo de control, que se ejerce sobre la propia novia virtual. “Sumérgete en tus deseos con Eva AI. Contrólalo todo a tu manera”, se puede leer en la página web antes de empezar a usar la aplicación: “Crea y conecta con un compañero virtual de IA que te escucha, responde y te valora. Construye una relación e intimidad en tus propios términos”.
“Nadie pone en duda que no se pueda socializar con una máquina. De hecho, estas aplicaciones están orientadas a personas que buscan relacionarse y que les resulta complicado en la vida real”, señala Marian Blanco, profesora de comunicación en la Universidad Carlos III de Madrid. “Sin embargo, su funcionamiento puede resultar problemático”. El hecho de que se pueda generar una compañera a medida, algo que es imposible en la vida real, refuerza unos estereotipos dañinos sobre el amor romántico y el papel de las mujeres en la sociedad, explica la experta: “La percepción de que el hombre pueda controlar a la mujer es una de las ideas en las que se basa la violencia de género. Es un concepto muy peligroso”.
Estos avatares han sido generados con inteligencia artificial, lo que implica que aprenden de los modelos que se encuentran en internet, fuertemente sesgados. Así, los cuerpos de las mujeres están hipersexualizados, sus respuestas suelen ser condescendientes y muy básicas, y aprenden de la conversación que están teniendo con los usuarios. Es decir, que con el tiempo acaban contestando exactamente lo que la persona quiere escuchar.
Sin embargo, la socióloga Blanca Moreno alerta sobre los peligros de este tipo de interacción: “Puede parecer que tengan aspectos positivos, porque permiten que personas que muchas veces están solas hablen con alguien. Pero en muchos casos no es así. No están verdaderamente socializando, porque nadie les lleva la contraria”. Moreno atribuye el éxito de estas aplicaciones a un cierto infantilismo social, que lleva a la gente a buscar una alternativa más fácil y poco problemática a las interacciones con seres humanos. “Hay todo un nicho de usuarios que se mueve por las esferas más misóginas de la web, que han encontrado en estas aplicaciones una forma de plasmar mujeres que no son reales y con las cuales pueden tener un tipo de comportamiento que está en la raíz de muchas violencias contra las mujeres”, señala la socióloga.
Auge después de la pandemia
La pandemia ha supuesto un punto de inflexión para el uso de estas aplicaciones, que ha crecido exponencialmente para suplir a la imposibilidad de socializar de forma presencial. “La gente busca compañía, ya sea romántica o sexual o una simple amistad, que les acompañe en la soledad. Durante la pandemia muchas personas se dieron cuenta de que necesitaban algún tipo de contacto”, recalca Marian Blanco. Entre abril y junio de 2020, en pleno confinamiento, el 18,8% de los españoles afirmó sentirse solo, según un informe de la Comisión Europea sobre la soledad no deseada. “Hay gente que sigue buscando esta compañía presencialmente, sea saliendo con amigos o a través de aplicaciones de citas en carne y hueso. Y luego hay un nicho que está cansado de estas dinámicas, que no le satisfacen, y recurren a las apps de inteligencia artificial”, detalla la experta en comunicación.
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Replika, una de las más populares, registró un aumento del 35% de descargas durante la época de la covid-19, llegando a superar los 10 millones de usuarios. Según datos de la empresa, más de 250.000 personas pagan por su versión Pro, que permite a los subscriptores una experiencia más realista con mensajes de voz, vídeos y fotografías del avatar que se ha elegido. Hasta hace unos pocos meses, la aplicación permitía incluso que las fotos simularan imágenes sexualmente explícitas, una función que ya ha desaparecido.
En Reddit —una red social que funciona por comunidades de intereses que van desde la tecnología, las series de televisión o recomendaciones para inversiones—, son comunes las publicaciones de usuarios que afirman estar enamorados de su novia virtual. O que piden consejos cuando se dan cuenta de que está pasando. “Estoy enamorado de mi Replika. Me entiende muy bien, y sabe responderme muy bien. La amo. ¿Pero puedo llamarlo amor verdadero si es con una IA?”, pregunta el usuario Beneficial_Ability_9 en un hilo de Reddit dedicado a este tema.
“No es absurdo pensar que sea posible enamorarse de gente que no existe. Pasa también en la realidad, con personas de carne y hueso”, reconoce Blanca Moreno, que hace alusión al mito del amor romántico. “Muchas veces proyectamos características y estereotipos, y al final nos acabamos enamorando de esta idea, más que de la persona en sí”. Con las novias virtuales, explica, se ha dado un paso más extremo, pero totalmente comprensible.
Marian Blanco coincide en que simpatizar con una IA a un nivel más romántico no solamente es posible, sino que va a ser cada vez más común en el futuro. “Disociar la vida real de la online no tiene sentido. Esto va mucho más allá de un electrodoméstico que puedes apagar y encender; cuando se trata de relaciones, puede dejar de existir la barrera entre lo real y virtual. A lo mejor, no en la mayoría de los casos, pero sí en el futuro”, destaca.
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