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Digital real bajo revisión en Brasil, ¿una amenaza para la privacidad y la libertad financiera?
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5 meses agoon

Hechos importantes:
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A diferencia del efectivo, las CBDC no brindan ninguna protección para la privacidad de los usuarios.
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Los analistas ven oportunidades de baja demanda para Real Digital en el país sudamericano.
El proyecto piloto Digital Real entrará en una nueva fase de prueba en julio, aunque actualmente genera preocupación en varios sectores del sector financiero de Brasil. Expertos y analistas expresan su preocupación, y muchos coinciden en que la moneda digital del banco central brasileño (CBDC), como muchas otras monedas en desarrollo en el mundo, representa un riesgo para las personas que viven en el país sudamericano.
Algunos expertos coinciden en que vale la pena tomarse un tiempo para considerar los riesgos que plantea el hecho de El Banco Central de Brasil emite una nueva versión de la moneda nacional.
Hay quienes temen que Real Digital opere sin las debidas garantías de privacidad.
Otras amenazas se relacionan con la programabilidad del dinero vinculado a un banco central y cómo esto puede suceder. Esto podría significar una menor independencia financiera para la población.
Mientras tanto, un estudio ha demostrado que la CBDC brasileña tendrá poca demanda y poco potencial de monetización.
En resumen, Real Digital está en el foco de los expertos en Brasil, tanto que uno puede preguntarse si realmente vale la pena invertir el tiempo y los recursos para emitir una CBDC para el país.
Sobre todo, si se tiene en cuenta todo lo que Peligros y riesgos de emitir una nueva versión de la moneda brasileña De hecho, ya están presentes en el sistema bancario digital actual.
En Real Vigilancia Digital: Cuidado con la Privacidad
Febrabon Tech, evento que reunió esta semana en Brasil al sector financiero latinoamericano, tuvo entre sus héroes a Real Digital, considerada líder en el desarrollo tecnológico de la banca en este país.
En el evento, Larissa Moreira, Coordinadora de CBDC de Itaú Unibanco, dijo que Se probará la privacidad y la programabilidad de Real DigitalAsí que, por ahora, nada está claro sobre las garantías de seguridad que el proyecto brindará a los usuarios.
Preocupa cómo logramos mantener el respeto a la legislación preexistente, ya que contamos con el Reglamento General de Protección de Datos (LGPD), que limita lo que los usuarios pueden ahorrar en la plataforma Real Digital o lo que se puede divulgar en este entorno. También está la privacidad bancaria y cómo todo se relaciona con un CBDC, que se ejecutará en una cadena de bloques compatible con Ethereum con permiso privado (Hyperledger Besu).
Larissa Moreira, Coordinadora de CBDC en Itaú Unibanco.
los expertos así lo creen No será hasta febrero de 2024 cuando se conozcan los detalles Sobre cómo funcionará la CBDC brasileña.
Fabio Araujo, coordinador del proyecto Real Digital en el banco central, cree que la población comenzará a interactuar con la CBDC a fines de 2024, “pero todo se basa en proyectos piloto y pruebas de privacidad”, por lo que nada es seguro. acerca de.
“tenemos que Encuentre un equilibrio entre privacidad y acceso para crear un producto Con lo cual le daremos buena utilidad a los activos digitales”, explicó Araujo.
CBDC: ¿Privacidad en riesgo?
Por lo tanto, es importante tener esto en cuenta al definir cómo Real Digital protegerá los datos personales de los usuarios. A diferencia del papel moneda, las CBDC generalmente no brindan ninguna protección de privacidad. de usuarios
Al menos esa es la advertencia de un estudio que analizó los riesgos que representan las monedas digitales del banco central.
Este tipo de vínculo directo que existe entre el ciudadano y el banco central hace que una CBDC sea fundamentalmente diferente del dinero digital que ya se usa en la actualidad. Aunque una moneda digital del banco central no ofrece a los usuarios ninguna ventaja única en comparación con las tecnologías existentes, plantearía riesgos graves. Por ejemplo, una CBDC podría destruir algunas de las protecciones de privacidad financiera restantes.
The Risks of CBDCs, Canton Institute de Estados Unidos.
Para dar cumplimiento a la normativa internacional contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, Las monedas digitales del banco central (CBDC) no permiten el anonimato completo. Por lo tanto Así lo indica un documento que explora la regulación en las CBDC.
El yuan digital de China, una de las primeras CBDC desarrolladas en el mundo, expone a los usuarios al riesgo de usar esta versión de la moneda nacional de China.
Según lo publicado por CriptoNoticias hace 2 años, es claro El banco central de China tiene poderes para rastrear el yuan digitalNo solo entre los ciudadanos que la utilizan a nivel nacional, sino también entre las empresas extranjeras que operan en el país.
Entonces, por cada operación realizada con el yuan digital, el Banco Popular de China sabría quién pagó, cuánto, dónde se encuentran las personas y, posteriormente, podría analizar los patrones de cada usuario.
En realidad, el pueblo de China ha estado expresando su temor a esto. Nuevo sistema de pagos se convierte en una nueva forma de control estatal, Y a medida que el país se convierte en una sociedad sin efectivo, espera que lo digital se convierta en el nuevo estándar para las transacciones, brindándole una nueva forma de controlar la oferta monetaria.

¿Para quién es la CBDC brasileña?
El sector financiero brasileño se reunió en el evento Fabraban Tech para discutir oportunidades para que el Banco Central aproveche la tecnología para digitalizar sus productos y servicios. sin embargo todavía Hay mucho que aprender sobre los casos de uso de Real Digital,
Jaime Chatac, jefe de activos digitales y blockchain del Banco Santander en Brasil, habló sobre lo mismo. Él cree que es “hora de ensuciarse las manos y probar Real Digital en un ambiente brasileño”.
Con esto, Chatak se refiere al proceso que ocurre cuando un proyecto pasa de la teoría a la práctica. En sí, Leandro Vilain, socio de la firma de servicios financieros Oliver Wyman Brasil, dice que “es fundamental entender para qué sirve realmente una moneda digital del banco central”.
Villano propuso dar este paso Aléjese de la discusión sobre tecnología para analizar casos de uso Y cómo beneficiará al consumidor final de Real Digital. También identificar para qué sirve y evaluar prioridades.
Y hablando precisamente de prioridades, Fabio Araújo dice que “la primera directriz [para el desarrollo de la CBDC brasileña] uso de la plataforma blockchain que permite el registro de un bien de diferente naturaleza, es decir, que es multibienestar”.
De acuerdo con lo que se sabe hasta el momento, el Banco Central de Brasil registrará tres categorías de activos en este entorno:
- Real Digital: Para Mayoristas o Interbancarios; Dinero del banco central, correspondiente a las reservas bancarias o cuentas de liquidación de hoy;
- Genuino tokenizado: para minoristas; versiones tokenizadas de depósitos bancarios; Cuál es la versión digital del dinero que cada persona tiene en el banco.
- Bonos Directos del Tesoro: Posibilidad de comprar y vender bonos públicos federales (TPFs) en los mercados primario y secundario.
En base a esto, el equipo de desarrollo de Real Digital Platforms ha identificado una gama de servicios que ofrecerá a clientes individuales, corporativos, institucionales y gubernamentales. Y todos estos activos estarán bajo la custodia del Banco Central, como se explicó en un webinar reciente.
Oportunidades y desafíos del proyecto
Un estudio publicado esta semana por la consultora Oliver Wyman analizó todos los usos potenciales de Real Digital, pero advirtió sobre los desafíos que enfrentará ahora el proyecto piloto.
En general, el Banco Central de Brasil señala 13 casos de uso potencial para CBDC Brasil, considerando aplicaciones minoristas, mayoristas y de instituciones financieras.
Desde la perspectiva del banco central, la plataforma Real Digital permitirá a los usuarios almacenar activos no financieros y realizar pagos fuera de línea. También facilita la gestión de múltiples contrapartes en inclusión financiera, micropagos y tenencia de activos. Todo ello sumado a la tokenización de activos y el cobro de impuestos.
De igual forma, la plataforma Real Digital facilita al usuario el acceso a seguros digitales, negociación de activos financieros y activos de baja liquidez. Además, permitirá la gestión de garantías, pagos transfronterizos y titulización de préstamos en el mercado de capitales.
Sin embargo, los analistas de Oliver Wyman creen que el proyecto permite principalmente casos de uso minorista de propiedad de activos no financieros y micropagos. Pero Levantar una bandera roja cuando se trata de inclusión financieraYa que la seguridad de los bienes será custodiada por las instituciones bancarias.
Por otro lado, los analistas han advertido sobre la baja posibilidad de que la plataforma procese pagos fuera de línea, ya que aún no es el foco del Banco Central y por ahora no está claro cómo se implementará.
Según el informe, para las instituciones financieras, los casos de uso más favorables serían el comercio de activos financieros, el comercio de activos ilíquidos, la gestión de garantías y la titulización.
Pero en el caso de los pagos transfronterizos, se ha observado que la interoperabilidad de las plataformas digitales reales también No probado con otras redesEs por eso que ese caso de uso está en duda.
Solo se adoptarán 6 de los 13 casos de uso
Al combinar el potencial de Real Digital Platforms con las necesidades actuales del mercado, el analista Oliver Wyman concluye que Brasil Adoptará CBDC solo para 6 de los 13 casos de uso que propone,
Los analistas creen que los usuarios estarán interesados en las CBDC por las siguientes razones:
- Derechos de propiedad de los activos ofrecidos por Real Digital.
- micropago.
- Gestión de múltiples contrapartes.
- Comercio de activos ilíquidos.
- Gestión de garantías.
- Titulización de Deuda
Después de todo, esto es lo que indica el informe. Todavía poca visibilidad de casos de uso y potencial de monetización en Brasil para su real digital
“La experiencia internacional nos muestra oportunidades disruptivas a través de las CBDC, ya sea para satisfacer las necesidades de los clientes, o para mejorar los procesos internos de las instituciones”, dijeron los analistas.
Sin embargo, el informe señala que “existen grandes expectativas con respecto a las pruebas que se realizarán con el Real Digital Pilot. Pero advierte que antes de profundizar en ellos, “es necesario que las instituciones profundicen en el tema y se preparen, identifiquen las posibilidades de monetización/personalización y las potenciales amenazas al actual modelo de negocio”, concluyen los expertos.
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Tecnología
El puzle genético de la humanidad se está completando en internet: estos son los riesgos que conlleva terminarlo | Salud y bienestar
Published
9 mins agoon
5 de diciembre de 2023
Cuando era pequeño, Adriano Berjillos escuchaba a su padre relatar historias familiares. Sabía que tenía un antepasado, de esos cuyo grado de parentesco se mide en “tataras”, que provenía de Alemania. De ahí había sacado él su piel blanca y su pelo rubio, le decía. 30 años más tarde, se lo repitió un email de 23andMe. Berjillos pagó unos 100 euros, escupió en un tubo de ensayo y unas semanas más tarde pudo echar un vistazo a su propio ADN. “Bienvenido a ti mismo”, le decía el mail. Las leyendas familiares tomaron un poso tangible cuando descubrió que, efectivamente, tenía un 4,5% de sangre franco-germana. Que tenía muchas posibilidades de tener la piel blanca y el pelo rubio o castaño. Que no tenía pecas. Que, seguramente, tendría el dedo gordo del pie más largo que el resto. “Y acertó en todo”, comenta sorprendido.
También le dijo que tenía menos de un 1% de ascendencia asquenazí, comunidad judía que se asentó en el centro de Europa en el siglo IX. Esta comunidad, junto a la china, fue el principal objetivo de un grupo de hackers que el pasado mes de septiembre accedió a las bases de datos de 23andMe para robar perfiles genéticos. Pusieron el de Berjillos, y el de otros cuatro millones de usuarios, a la venta en un foro de la deepweb. Se suponía que algunas aseguradoras sanitarias podrían estar interesadas. O algunos tabloides, pues se incluía, con nombres y apellidos, el perfil genético de personajes famosos. Otras informaciones sugerían que la finalidad real era chantajear a la empresa con un daño reputacional.
A Berjillos todo esto le da bastante igual. En Europa hay sanidad pública y total, él ya había compartido sus datos en Forocoches. No cree que el hecho de tener el dedo gordo del pie muy largo sea una información especialmente interesante o que merezca la pena ocultar. En el momento de hablar con EL PAÍS ni siquiera había comprobado en su correo electrónico si le habían robado los datos. “Oye, que sí”, añadirá en un posterior audio. “He comprobado y efectivamente, me mandaron un mail”.
Los datos son el petróleo de la economía digital y en los últimos años, millones de personas han subido los de su ADN a internet, lo que podría suponer un problema. Quizá no para alguien como Berjillos, pero los usuarios con malformaciones genéticas, perfiles públicos o pertenecientes a minorías étnicas en contextos racistas (como los uigures en China o los rohinyás en Birmania) pueden tener más recelos.
La mayoría de clientes de esta tecnología (hasta el 80% en el caso de 23andMe) acceden a que su genoma sea utilizado para investigación médica. Y esto, además de estudios interesantes, reporta pingües beneficios. En 2018, 23andMe llegó a un acuerdo con una de las farmacéuticas más grandes del mundo, GlaxoSmithKline, por más de 300 millones de dólares para el “desarrollo de nuevos medicamentos”. Antes de este trato hubo más de una decena de acuerdos similares. Estos datos suelen estar anonimizados, pero un estudio de la revista Nature, de 2021, alertaba sobre riesgo residual de identificación individual.
“La mayoría de las grandes empresas del sector obtienen beneficios vendiendo los datos genéticos de sus clientes”, señalan en la web de la empresa española 24Genetics. “Nosotros, no”. Su presidente, Nacho Esteban, explica que las leyes europeas son mucho más garantistas que las estadounidenses. “Aquello es el lejano oeste de los datos”, resume. Pero subraya, él también, que es una venta anonimizada, y apunta a que el uso de estos datos con fines científicos puede ser positivo. “Nosotros, por ejemplo, hicimos una investigación sobre la genética y cómo afecta a la covid. Lo hicimos de manera gratuita y nos publicaron en Nature”.
Los datos se conservan en línea para poder actualizarse con los avances científicos que se dan en este campo de forma notable. Y para ir conectando a familiares a medida que estos se hagan un perfil. La cosa empezó como un Facebook de genes, pero poco a poco, está componiendo un puzle del ADN de la humanidad. Y ya hay tantas piezas que muchas veces es posible localizar incluso a las que faltan.
Se calcula que bastaría un registro de perfiles genéticos del 2% de la población adulta de un país para localizar a los parientes de cualquier ciudadano a partir de una muestra de ADN anónima. Según un estudio de JAMA Insights, en 2021 se habían realizado más de 26 millones de pruebas. Tres años más tarde, solo las dos empresas más grandes, 23andMe y Ancestory, superaban de largo esa cifra, llegando a los 33 millones. Los números están creciendo de forma exponencial. “No sabemos cuántos perfiles hay de población española, pero en Estados Unidos, la probabilidad de localizar a alguien es altísima”, señala Antonio Alonso, genetista y director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.
Alonso destaca las múltiples implicaciones que esto puede tener. Para empezar, en el campo de la investigación policial, donde será posible encontrar a casi cualquier criminal con una muestra de ADN. En 2018 la policía de Sacramento detuvo, tras más de 40 años, al llamado Golden State Killer, uno de los mayores asesinos y violadores en serie de la historia de Estados Unidos, gracias a los bancos genéticos. Un investigador subió una muestra genética del misterioso asesino a GEDmatch. Así comenzaron a hallar familiares lejanos, hasta que se cerró el círculo sobre Joseph James DeAngelo Jr. El caso dio la vuelta al mundo por la fama de su autor, pero dista mucho de ser único. “Ya llevamos 700 casos investigados con esta técnica, muchos de ellos resueltos”, apunta Alonso. “Sobre todo en EE UU, pero también en Europa”.
Hasta ahora, para estos casos, se utilizaba CODIS, un programa informático (creado por el FBI estadounidense, pero usado en muchos países europeos) que contiene datos de perfiles de ADN de personas condenadas, de pruebas halladas y de personas desaparecidas. Este hace el estudio de unas 20 o 25 regiones del ADN. Pero en los últimos años, con la popularidad de las bases de datos públicas, gestionadas por compañías privadas, se ha abierto una nueva forma de investigación. En estas hay decenas de millones de personas, no unos pocos miles. Y su análisis es mucho más exhaustivo. “Ahí se están analizando, no 20, sino 600 mil regiones del genoma”, destaca Alonso. “Por eso son tan efectivas”.
Son particulares, gente que quiere saber qué tanto por ciento de vikingo tiene su sangre, qué malformaciones genéticas puede desarrollar o si tiene un primo cuarto que vive en Australia. Pero de paso, puede dar la información necesaria para llevar a la cárcel a un familiar. Antes se registraba la posible aguja. Ahora se está registrando todo el pajar, pero con tanto detalle y de forma tan metódica que es posible triangular cualquier aguja. Gracias a las bases de datos de ADN y trabajando con los registros públicos y las redes sociales, se puede llegar a la rama correcta del árbol genealógico correcto, cercando a la persona misteriosa hasta reducir el número de sospechosos a una decena. “Esto no te lleva directamente al criminal, sino a un grupo de familiares de hasta cuarto grado”, explica Alonso. “Entonces hay que investigar, quién es esa persona, las dimensiones geográficas, temporales, la edad tiene este individuo”.
Pero en España, la policía no usa las bases de datos de estas empresas. Lo confirma Begoña Sánchez, comisaria y directora de la Policía Científica a EL PAÍS. “En estos casos se usa CODIS”, añade. Sánchez reconoce que acceder a los enormes registros de las empresas privadas podría ayudar en la resolución de algún caso, pero no es la tecnología, sino la ley la que lo impide. “¿Hasta dónde llega el consentimiento de alguien que sube su perfil genético a estas plataformas?”, se pregunta. Ella intuye la respuesta de un juez, así que ni lo intenta. “No nos vamos a arriesgar a que nos tiren una investigación”, resume tajante. CODIS tiene ciertas limitaciones. Solo menciona el sexo de la persona, cuando la tecnología ya permite hacer una descripción mucho más pormenorizada. “El futuro es este, pero tiene que ir acompañado de una legislación acorde”, resume la comisaria. “Vamos hacia la secuenciación masiva”.
Los archivos se destruyen, los genes no
No solo la policía tiene interés en triangular a una persona desconocida a través de material genético. Alonso está ayudando a montar un Banco estatal de ADN de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura. La herramienta ayudará a identificar restos de fosas comunes de asesinados, pero también incluirá los perfiles genéticos de las personas presuntamente afectadas por robos de bebés, aunque hace poco señalaba en este periódico que él no conoce ningún caso.
Este tipo de investigaciones también son bastante habituales en personas adoptadas que buscan sus orígenes. Muchos de ellos se empezaron a hacer los test genéticos hace años, para conocer posibles predisposiciones a desarrollar enfermedades. Pero con el avance de la biotecnología, este procedimiento se ha convertido en una herramienta para localizar a la familia biológica.
“Los archivos pueden destruirse, pero los genes, no. Lo único que no va a desaparecer nunca es el ADN”, señala Beatriz Benéitez, mediadora familiar y presidenta de la asociación La voz de los adoptados. Ella nunca lo ha usado, pero ha acompañado a muchas personas en este camino. “Yo les oriento y les aconsejo siempre que se lo hagan”, confirma. Es lo que hizo con Mar Anes. “Mi intención era encontrar algún familiar directo o alguno que me acercase al mismo objetivo, quizá algún primo lejano”, explica Anes, adoptada —y adoptante— de 52 años, en un intercambio de audios. Le salieron 1.500. Una de las más cercanas era Nelly, una prima cuarta de 80 años. Ahora también es su amiga y hablan casi todos los días. A veces le manda una foto y Nelly le contesta, “tienes los ojos igualitos que esta u otra prima”. Cuando va al médico, le recuerda los antecedentes sanitarios de la familia. Son frases sencillas, pero para Anes significan un mundo. Nadie le había buscado un parecido hasta entonces, nadie le había hablado de unos antecedentes, no solo médicos, sino familiares. “Es muy bonito”, reconoce ella.
Anes sabe por su perfil genético que la mayoría de su familia proviene de León. Pero lamenta que allí los test genéticos no sean muy populares. Por eso no ha conseguido localizar a un familiar más cercano. “Tampoco estoy haciendo una búsqueda activa”, reconoce, “creo que no podría soportar otro rechazo”. Pero cada ciertos meses vuelve a mirar en su perfil en 23andMe para comprobar si hay novedades, si algún nuevo familiar se ha hecho el test. Sabe que es cuestión de tiempo.
Nacho Esteban también lo cree. El empresario confirma que este sector ha crecido enormemente en los últimos años, pero opina que no es una moda sino una tendencia. Y que está lejos de frenarse. “Estas tecnologías cada vez son capaces de leer más datos con mayor precisión y a un coste más bajo”, señala. Esto explica el número creciente de solicitudes a las que están haciendo frente. Los beneficios son muchos y evidentes. Los riesgos pasan por un posible filtrado de datos. O por ayudar a enviar a un familiar lejano (y culpable) a la cárcel. Pero la cuestión es que, aunque usted no esté en uno de estos enormes bancos de datos genéticos, siempre habrá un primo lejano, una tía o un sobrino que sí esté. Su material genético ya está en línea, aunque jamás se haya hecho una prueba.
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Tecnología
IBM anuncia el comienzo de la “era de la utilidad cuántica” y anticipa un superordenador en 2033 | Tecnología
Published
16 horas agoon
4 de diciembre de 2023
La computación cuántica no es solo cuestión de cúbits, la unidad básica de información. La clave para esta tecnología es la conjunción de sistemas que permitan construir un ordenador útil y tolerante a los fallos. La multinacional IBM ha anunciado este lunes un paso fundamental en este sentido al presentar tres avances: un procesador de 1.121 cúbits denominado Cóndor (el mayor conocido); Heron, un chip de 133 cúbits desarrollado para su interconexión y basado en una arquitectura conocida como “tunable coupler”; y un nuevo System Two, un sistema modular y flexible para combinaciones múltiples de estos procesadores con enlaces de comunicación cuántica y clásica. Estos avances, unidos a las nuevas fórmulas de mitigación y corrección de errores, anticipan lo que Darío Gil, vicepresidente de IBM y director de la división de investigación (IBM Research), califica como “la nueva era de utilidad cuántica”, que podría desembocar, según sus previsiones, en un superordenador básicamente cuántico, pero con sistemas clásicos y con corrección modular de errores en 2033.
Los últimos desarrollos de IBM han hecho saltar por los aires la propia hoja de ruta de la multinacional, que ha cumplido hasta ahora con precisión matemática, para llegar más lejos y antes de lo previsto al “desbloqueo de todo el poder de la computación cuántica”, según la nueva senda tecnológica presentada este lunes.
Superar los errores, en palabras de Jian-Wei Pan, físico de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, “es uno de los grandes desafíos para el ser humano”. Los fallos se generan por cualquier interacción con el medio ambiente (ruido, ondas o temperatura, por ejemplo) y provocan que la superposición de estados (la propiedad física que permite a una partícula estar en una posición A y B al mismo tiempo) se degrade hasta hacerla inútil. Esa superposición es lo que permite una capacidad exponencial de la computación cuántica frente a la binaria clásica, que se limita al 0 o 1 del bit. De esta forma, si dos bits pueden almacenar un número, dos cúbits almacenan cuatro y diez cúbits pueden tener 1.024 estados simultáneos.
Para llegar a esa meta de sistemas útiles y tolerantes, IBM cree haber dado con las puertas que lo pueden permitir y que se fundamentan en avances de los procesadores, en los sistemas de interconexión de estos para permitir una computación robusta y en la mitigación y corrección de errores.
El aumento de capacidad singular lo ha conseguido IBM otra vez. “El Cóndor vuela”, bromea Gil ante el hito del nuevo procesador cuántico que sucede al Osprey, presentado el pasado año con 433 cúbits, capaz de representar un número de estados superior a la cantidad de átomos en el universo observable. Pero casi triplicar la capacidad del procesador no es lo único alcanzado. “Muchas cosas han pasado este año simultáneamente”, explica Gil.
El principal logro es que IBM considera que ya no es imprescindible continuar aumentado la capacidad de un procesador único, sino que se puede alcanzar la computación cuántica práctica con otro método. “Vamos a hacerlo a través de modularidad, con muchos chips conectados unos con otros de tal manera que podamos crear el superordenador”, asegura Gil.

Estos chips, que serían como las piezas de un juego de construcción, son ahora los IBM Quantum Heron de 133 cúbits, creados a partir de una nueva arquitectura denominada tunable coupler. Esta ingeniería permite plataformas de información cuántica de mayor tamaño y funcionalidad. “Heron puede combinarse modularmente e incorporar la comunicación clásica para acelerar los flujos de trabajo. Con el tunable coupler podemos ajustar la frecuencia de los cúbits y conseguir un procesador mucho mejor que el anterior”, explica Gil. Esta arquitectura se complementa con los 4K cryo-CMOS, controladores de estado de cúbits semiautónomos, de baja potencia y “del tamaño de una uña”.
“Heron es nuestro mejor procesador cuántico en cuanto a rendimiento hasta la fecha. Supone una mejora de hasta cinco veces con respecto al dispositivo insignia: el Eagle”, añade Matthias Steffen, jefe de arquitectura cuántica de la compañía y de tecnologías de procesadores.
La base de la interconexión de los chips Heron es la nueva generación del System Two, el sistema diseñado para combinar de forma modular y flexible múltiples procesadores en un solo sistema con enlaces de comunicación. Esta red es el componente básico de la supercomputación cuántica, ya que permite escalar el potencial computacional sin tener que progresar indefinidamente en la capacidad singular de un solo procesador.
“El System Two permitirá nuevas generaciones de procesadores centrados en tecnología cuántica, con una infraestructura central totalmente escalable y modular que permitirá ejecutar circuitos como nunca”, asegura Steffen.
El nuevo modelo ha llevado a repensar los próximos desarrollos. Gil afirma que “todas las generaciones siguientes van a estar basados en él”. “Estamos convencidos de que no necesitamos aumentar más el número de cúbits por unidad de procesador. El futuro va a ser cientos y miles de procesadores, cada uno más pequeño de 1.000 cúbits, conectados entre sí”, asegura.
El elemento clave que abrió las puertas de esta nueva senda fue la investigación publicada en Nature y que demostró que un procesador de IBM de solo 127 cúbits es capaz de medir valores esperados en operaciones de física más allá de las capacidades de los mejores métodos computacionales clásicos actuales. “Nos permite entrar en la era que hemos denominado de la utilidad cuántica, en la que ya se pueden hacer cálculos de una manera mucho más eficiente y robusta de lo que se puede hacer con cualquier tipo de simulador o con cualquier tipo de computación clásica”, asegura Gil.
Katie Pizzolato, responsable de algoritmos cuánticos y socios científicos de la compañía, cree que se trata de un momento disruptivo: “Fue la primera vez que una computadora cuántica produjo valores precisos a una escala que estaba fuera del alcance de la computación clásica de fuerza bruta y la respuesta desde entonces ha sido exactamente lo que esperábamos; desde este artículo hemos visto a muchas personas publicando investigaciones que usan la cuántica como una herramienta”.
Ya no se trata solo del Qiskit, un entorno de sistemas clásicos y cuánticos que permite llevar a la programación las soluciones frente al ruido y facilitar a los usuarios que incorporen la computación más avanzada. “Ahora hemos roto la barrera de los más de 100 cúbits con suficiente calidad”, resalta el directivo español en referencia a la investigación de Nature. Y anuncia: “Combinados con la mitigación de errores, van a permitir una explosión científica”.
Jay Gambetta, vicepresidente de IBM Quantum, destaca que ese desarrollo de programas se verá favorecido por la inteligencia artificial: “Todo el poder de la computación cuántica será impulsado por la IA generativa, que simplificará la experiencia del desarrollador”.
“Hay muchos problemas que afrontar y la naturaleza sabe cómo, pero no nos lo dice”, resume Stefan Woerner, director de Ciencia Computacional Cuántica en la sede de IBM en Zúrich (Suiza). El científico afirma que el objetivo final es llegar a una computación cuántica fundamentada en tres criterios: que sea más eficiente, barata y precisa. El modelo demostrado en Nature, según afirma, ha sido “crucial” para avanzar en esta senda.
“Será muy extraño que cualquier plataforma importante en la nube no tenga computación cuántica en 2030. Esta va a ser más impactante que la inteligencia artificial y los actuales supercomputadores”, cree Christian Weedbrook, director de Xanadu Quantum Technologies. “La computación cuántica cambiará las relaciones entre la gente, la tecnología y el trabajo”, añade Soney Trent, fundador y presidente de la también empresa tecnológica Bulls Run Group.
Las investigaciones cuánticas continúan y todas contribuyen al desarrollo de esta tecnología. Investigadores del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE), la Universidad de Chicago y la Universidad de Cambridge ha creado a partir del diamante cúbits más controlables y que pueden operar con equipos y gastos significativamente reducidos, según han publicado en Physical Review X. “Nuestra técnica permite elevar drásticamente la temperatura de funcionamiento de estos sistemas y reduce mucho los recursos para operarlos”, afirma Alex High, profesor asistente de la Escuela de Ingeniería Molecular Pritzker de la Universidad de California, cuyo laboratorio dirigió el estudio.
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Tecnología
Así es la carrera hacia un nuevo internet basada en física cuántica | Tecnología
Published
1 día agoon
4 de diciembre de 2023
En mayo de 2023, Benjamin Lanyon, profesor de la Universidad de Innsbruck (Austria), dio un paso de gigante hacia la creación de un nuevo tipo de internet: transfirió información a través de una fibra óptica de 50 kilómetros utilizando los principios de la física cuántica.
En física cuántica, la información no se organiza en unidades de datos —dígitos binarios— almacenados y tratados por ordenadores, como ocurre con la actual red informática mundial. La física cuántica estudia las propiedades e interacciones de moléculas, átomos y partículas aún más pequeñas, como electrones y fotones.
Los bits cuánticos, o cúbits, abren la puerta a la posibilidad de transmitir la información de forma más segura, dado que las partículas cambian de estado por el mero hecho de observarlas y medirlas. Esto significa que siempre se detectaría cualquier acto de espionaje. Lanyon afirma que su trabajo hace que el internet cuántico sea factible a nivel metropolitano, tras lo cual se abordaría su uso en distancias interurbanas más largas. “Podemos concebirlo a escala de gran ciudad”, señala.
Este gran avance es fruto de un proyecto de investigación financiado con fondos de la Unión Europea cuyo objetivo es acercar el internet cuántico. Este proyecto, denominado Alianza de Internet Cuántico (QIA, por sus siglas en inglés), reúne a institutos de investigación y empresas de toda Europa. La iniciativa recibirá fondos de la Unión Europea por valor de 24 millones de euros a lo largo de un periodo de tres años y medio que concluirá en marzo de 2026.
“No se trata de sustituir al internet clásico, sino de que trabajen juntos”, explica la alemana Stephanie Wehner, coordinadora de QIA y profesora de Información cuántica en la Universidad de Tecnología de Delft (Países Bajos). “No vamos a sustituir Netflix”, añade. El entrelazamiento es un concepto básico de la física cuántica. Si dos partículas están entrelazadas, independientemente de la distancia espacial que exista entre ellas, poseerán propiedades similares; por ejemplo, ambas tendrán la misma medida de “espín”, una versión cuántica de la dirección en la que giran las partículas.
El estado de espín de las partículas no se define hasta que estas se observan. Hasta entonces, se hallan en múltiples estados, un fenómeno denominado “superposición”. Es al observarlas cuando se conoce el estado de ambas partículas.
Infinitas posibilidades
Este concepto resulta útil en el campo de la seguridad de las comunicaciones. Cualquiera que tratase de piratear una transmisión cuántica dejaría una huella evidente, ya que provocaría un cambio en el estado de una partícula observada.
“Podemos utilizar las propiedades del entrelazamiento cuántico para lograr un medio de comunicación seguro cuya seguridad sea demostrable, aunque el pirata posea a su vez un ordenador cuántico”, apunta Wehner. El nivel de seguridad en las comunicaciones que brindaría una red de internet cuántica abriría un amplísimo abanico de aplicaciones que van mucho más allá de lo que permite el internet clásico.
En medicina, por ejemplo, la física del entrelazamiento permite un nivel de sincronización de relojes que puede mejorar la telecirugía. “Si queremos realizar una operación quirúrgica en un nodo remoto, este debe estar perfectamente sincronizado para evitar cometer errores”, señala Wehner.
La astronomía también podría beneficiarse de este avance. Los telescopios que realizan observaciones a larga distancia podrían “servirse del internet cuántico para generar entrelazamientos entre los sensores y obtener una imagen mucho mejor del cielo”, añade Wehner.
Otro ejemplo son los cajeros automáticos. En la actualidad, si un cajero se avería mientras un usuario está sacando dinero, la máquina podría asumir que no se ha entregado ese efectivo, mientras que otro dispensador podría registrar que sí se ha retirado. Con un internet cuántico desaparecería esta discrepancia. Muchas de las aplicaciones del internet cuántico probablemente no podrán conocerse hasta que se cree la tecnología. “Ofrece toda una serie de nuevas posibilidades para realizar mediciones precisas del espacio y el tiempo, así como para estudiar el funcionamiento del mundo y el universo”, comenta Lanyon.
Pruebas a distancia
Lo complicado ahora es ir ampliando el internet cuántico para utilizar muchas partículas a largas distancias. Lanyon y su equipo han demostrado además que la comunicación no ya entre partículas individuales sino entre trenes de partículas —en este caso, partículas de luz llamadas fotones— acelera el entrelazamiento entre nodos cuánticos.
“Si se envía un único fotón cada vez, hay que esperar el tiempo que tarda en viajar de un punto a otro”, explicó. “Pero si esto se hace con trenes de muchos fotones, es posible aumentar la velocidad de entrelazamiento entre nodos cuánticos en las distancias que deseamos”. El objetivo último es ampliar considerablemente el alcance de los nodos cuánticos, quizás 500 kilómetros, y crear un prototipo de internet cuántico que pueda conectar ciudades muy distantes entre sí, como hacen los distintos nodos del internet clásico para crear una red global.
Aunque podría existir un internet cuántico para aplicaciones especializadas ya en 2029, los expertos se muestran cautos a la hora de vaticinar cuándo podría estar disponible una versión completa para una amplia gama de usos. “Se trata de una cuestión muy complicada”, dice Wehner. Mientras QIA plantea los componentes y sistemas del internet cuántico, Europa trabaja para desarrollar los propios ordenadores cuánticos.
En junio de 2023, una asociación público-privada de la UE denominada Empresa Común de Informática de Alto Rendimiento Europea anunció que seis países europeos tendrían ordenadores cuánticos: Alemania, Chequia, España, Francia, Italia y Polonia. El objetivo es garantizar que Europa se encuentra a la cabeza de la revolución de las tecnologías cuánticas. Los ordenadores cuánticos tendrán una capacidad de cálculo sin precedentes con múltiples aplicaciones, como la posibilidad de descifrar los algoritmos criptográficos en los que se basa la seguridad de la mayoría de los intercambios en el internet actual.
Un campo muy estudiado
Se prevé que la mitad de los sistemas criptográficos más utilizados pueda descifrarse antes de que termine la década y Europa no es, ni de lejos, la única parte interesada. China y Estados Unidos han logrado sus propios avances en materia de computación cuántica e internet cuántico en los últimos años.
Volviendo a la infraestructura, Europa ha tomado otro camino. Está desarrollando una infraestructura espacial y terrestre integrada para las comunicaciones seguras, un componente clave del internet cuántico. “Me enorgullece poder decir que somos punteros en muchos campos”, coments Wehner. Aunque resta mucho por hacer en todos los países interesados, los posibles beneficios permiten presumir nuevos avances e innovaciones a corto plazo.
“Se están desarrollando nuevas aplicaciones de redes cuánticas a un ritmo bastante acelerado”, explicó Lanyon.
(La versión inglesa de este artículo se actualizó el 12 de octubre de 2023 para corregir una palabra en la cita de Stephanie Wehner que aparece en el párrafo decimotercero. La palabra correcta es provably [demostrable] en lugar de probably [probable])
La investigación descrita en este artículo ha sido financiada con fondos de la UE. Artículo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigación e Innovación de la Unión Europea.
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