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Rhiannon Adam, la fotógrafa que viajará a la Luna: “Llevaré mi Polaroid de toda la vida” | Ciencia

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Rhiannon Adam forma parte de ‘DearMoon’, la misión que llevará artistas a la órbita lunar.DearMoon

Cuando se inventó la cámara Polaroid, hace 70 años, fue cómo enviar a alguien al espacio. “Muy descabellado, un tipo de magia”. Así describe Rhiannon Adam (Cork, Irlanda, 38 años) el aparato que revolucionó la forma en la que los fotógrafos ejecutaban su trabajo. Incluso el de ella. Adam ha usado equipos analógicos para retratar la belleza y detalles desde las comunidades más remotas y varios rincones del planeta. Ahora llevará “su Polaroid de toda la vida” a un sitio donde muy pocos humanos han podido llegar. La irlandesa, que vive en Londres, forma parte de la tripulación principal de DearMoon (Querida Luna, en español) el primer viaje civil que la llevará a ella y a otros siete artistas a la órbita lunar.

En 2018, el multimillonario japonés Yusaku Maezawa, compró todos los asientos a bordo de una de las misiones de Starship, el mayor cohete de la historia, con el que Elon Musk pretende llevar a civiles al espacio. MZ, como es conocido, se describe como un apasionado del arte y la cultura, por lo que hizo un llamamiento público en busca de una tripulación de artistas y creativos dispuesta a acompañarlo en este viaje espacial hasta la luna, que se prevé que dure alrededor de una semana.

La misión es, en sí, una vanguardia. Será la primera ocasión en la que artistas crucen la estratosfera y también la primera vez que se realice fotografía analógica desde esa altura. Dependiendo de la fecha de lanzamiento, aún no decidida, la fotógrafa artística podría convertirse en la primera irlandesa en viajar al espacio, y muy probablemente en la primera persona abiertamente LGBTQI en hacerlo. “En muchos países alrededor del mundo, si eres una persona queer o una mujer, tus derechos están siendo violados diariamente. Esto es como una oportunidad para mostrar que en realidad las personas son personas, no importa de dónde vienen o su trayectoria”, expresa a EL PAÍS por videollamada desde un festival de fotografía en Francia.

Alrededor de un millón de individuos procedentes de 129 países presentaron sus solicitudes para participar en el viaje. Cuando Adam escuchó hablar del proyecto a través de una buena amiga, pensó que era broma. No obstante, después de completar formularios, someterse a numerosas entrevistas individuales y grupales, y todo un proceso para realizar exámenes médicos, además de un viaje para conocer al empresario japonés en Houston (Estados Unidos) finalmente llegó la llamada trascendental.

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― “¿Vienes al espacio?”, le preguntó el propio MZ en una videollamada, en noviembre de 2021.

― “Por supuesto”, respondió ella con entusiasmo.

Y tuvo que mantener el secreto. Adam comenta ahora, en tono humorístico: “Cuando concluyes un proyecto importante, lo siguiente que todos quieren saber es: ‘¿En qué estás trabajando ahora?’. Y tienes que responder algo como: ‘Oh, no mucho, solo voy al espacio, pero nada importante”. Durante ese año, guardó silencio con todos, excepto con su madre. “Yo esperaba que algunos de mis amigos tuvieran una reacción más espectacular, pero algunos de ellos decían ‘si alguien va al espacio, por supuesto que serás tú. Siempre haces cosas raras y vas a lugares muy lejanos’. No sé si lo tomo como un cumplido o qué puedo hacer para sorprenderlos”, dice.

De lo personal a lo profesional, la fotógrafa es conocida por llevar un estilo de vida poco convencional. Su niñez transcurrió en un barco con sus padres. “No teníamos una casa. No se trataba de vacaciones de verano. No teníamos nada más. Este barco era nuestro hogar, un crucero de larga duración”, relata sobre los ocho años en que viajó al rededor del globo. Fueron experiencias que le brindaron una perspectiva única y habilidades que sospecha que contribuyeron a ganarse un sitio en esta misión. “Pasé mucho tiempo en pequeñas cápsulas de metal. Supongo que hubo algún tipo de sinergia”, bromea.

Aunque todavía no se ha fijado una fecha precisa para el viaje, existe la certeza de que deberá haber tres o cuatro lanzamientos exitosos ―el primer Starship ha estallado en el aire poco después del despegue― antes de que la tripulación pueda iniciar los preparativos físicos. Esto incluirá la adopción de una nueva dieta, adaptarse a las vestimentas y familiarizarse con el entorno. Entre todos estos preparativos, Adam considera que el mayor desafío radica en el aspecto psicológico. “Es aún más relevante que el entrenamiento espacial convencional, ya que gran parte de ese proceso ha sido documentado de alguna forma. SpaceX ha producido un documental disponible en Netflix. El entrenamiento que se describe en él será bastante similar al que experimentaremos”, afirma.

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Cuando suba al cohete, su principal responsabilidad se centrará en capturar y revelar la primera fotografía analógica desde el espacio. Y todas las miradas estarán puestas en su técnica. Tal y como explica, el peor escenario sería grabarlo todo, regresar a la Tierra y descubrir que la película quedó en blanco. Por lo tanto, será crucial llevar a cabo todo el proceso desde la nave. “Uno de los desafíos más importantes consiste en desarrollar un proceso de revelado en un entorno sin gravedad. Esto implicará diseñar un sistema que permita inyectar líquido bajo presión y luego succionarlo para eliminarlo”, explica los obstáculos técnicos, aunque mantiene la confianza en que todos son superables. “Por primera vez en mi vida puedo decir que me encuentro rodeada de científicos especialistas en cohetes, personas especialistas en resolver problemas. El procesamiento en ausencia de gravedad será complicado, al igual que secar las cosas. No puede haber nada húmedo, flotando o polvo. Incluso una gota de agua podría ser muy destructiva. Por lo tanto, no puedo realizar muchas de las cosas que normalmente haría normalmente, porque podría generar partículas que se esparcirían por todas partes”, detalla.

Será la primera ocasión en que se realice una fotografía analógica en el espacio. Dependiendo de la fecha de lanzamiento, aún no decidida, la fotógrafa artística podría convertirse en la primera irlandesa en viajar al espacio, y muy probablemente en la primera persona abiertamente LGBTQI en hacerlo

Incluso acciones aparentemente simples, como presionar el obturador de la cámara, colocar objetos en el bolsillo, fijarlos a la ropa con velcro o clips, o preparar materiales mientras todo está flotando alrededor, adquieren una nueva dimensión y requiere una forma completamente nueva de moverse y trabajar. “No siempre funciona de la misma manera dependiendo de la cámara que tengas, porque que no hay resistencia. Todo fue desarrollado en la Tierra, para funcionar el entorno en el que estamos. El hecho de estar flotando puede afectar todo y mucha tecnología necesita ser recalibrada”. Pero matiza: “En realidad, es un lujo de desafío para mí”.

A pesar de que no se considere una viajante ligera, tendrá que ser muy minimalista a la hora de decidir qué llevar en su equipaje. Eso sí, todo dedicado al trabajo. “Hay una larga conexión entre la Hasselblad y el espacio, porque las fotos originales del alunizaje a la luna fueron tomadas con ella. Así que probablemente llevaré mi querida Hasselblad que me ha acompañado a todas partes. Pero mi historial realmente es la Polaroid”, zanja.

Uno de los aspectos más curiosos de las fotos polaroid es ver como el papel fotográfico expulsado de la cámara tras la toma comienza a ganar forma y color. Se puede ver cómo la imagen se materializa gradualmente y cualquier acción en ella deja rastros. “Si lo sostienes con demasiada fuerza, dejará una marca. Si lo agitas, dejará otra. Si es demasiado frío o muy seco, cambiará la forma en que se ve la Polaroid. Hay una especie de belleza en eso, porque es una relación física con el espacio y el tiempo en que se tomó la imagen”, describe. Además, también hay una relación histórica. Los alunizajes a la luna se pausaron en la época en que Polaroid salió al mercado, y el inventor de esta cámara también fue asesor en el programa espacial de Estados Unidos en su principio. “Siempre hubo una especie de continuidad y fusión entre estas tecnologías. Quiero poder capturar eso, absorber el entorno físico y luego ser capaz de traerlos de vuelta”, matiza.

Mientras existen exposiciones con objetos básicos, como la botella de agua o los calcetines de los astronautas, jamás ha existido una vitrina con elementos que se produjeron dentro de un cohete. “Nunca ha habido una exposición hecha a partir de obras creadas en el espacio porque los artistas nunca antes habían llegado ahí. Esta es realmente la primera vez que hay una oportunidad de enviar artistas para interpretarlo desde una perspectiva diferente. Y poder traer algo físicamente de vuelta”, cuenta. Además, subraya que SpaceX equipará todo el cohete con cámaras para que el público pueda cómo se realiza el trabajo en tiempo real.

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La irlandesa no pasa por alto el aspecto político y social que implica esta misión en lo personal, así como la esfera colectiva. “Hay ciertos lugares en el mundo que ahora son difíciles de visitar para mí porque si me buscas en Google, es muy fácil ver mi cara, identificarme y saber cuál es mi orientación sexual. No es que lo estuviera ocultando. Pero a menos que alguien me lo preguntara directamente, no diría nada. Sin embargo, ahora no tengo esa opción. Las cosas han cambiado, pero sentí que era algo importante hacerlo”, dice. “Algo importante” es, entre otras cosas, usar su “posición de privilegio” para generar visibilidad.

Su objetivo es, sobre todo, impactar en aquellos que crean las reglas, las leyes, así como los que están de fuera. “Son las personas que están en la vida cotidiana a las que necesitas convencer. Es genial poder representar mi colectivo, pero la mejor forma de representación es ser visible en la esfera pública, no evadirlo y demostrar que en realidad no hay nada amenazante en mí ni en los míos, sea cual sea el género o sexualidad”, dice. A pesar de que eso no significa tener que producir arte centrado en la comunidad LGBTQI. Tan solo con formar parte le basta. “No necesito hacer un trabajo sobre gente queer para que sea sobre gente queer. Yo lo soy”.

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Tecnología

El 70% de los jóvenes consulta sus síntomas en las redes cuando se encuentran mal | Salud y bienestar

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Una joven come ensalada mientras usa la aplicación de contador de calorías en un móvil.Oscar Wong (Getty Images)

Por encima del dinero, el trabajo o el amor, lo que más valoran los jóvenes de hoy es tener buena salud. Una encuesta realizada a 1.500 adolescentes entre 15 y 29 años, revela que el bienestar físico y mental es su principal preocupación. La actividad física, la salud mental y la alimentación son los temas que más les interesan. Para informarse sobre ello, internet y las redes sociales son la segunda fuente de información a la que recurren, incluso antes que a médicos especialistas o sus propios familiares.

Dos de cada tres jóvenes encuestados se preocupan mucho o bastante por su salud. El estudio La innovación tecnológica aplicada al cuidado de la salud: La mirada de adolescentes y jóvenes realizado por la Fundación Fad Juventud junto a la farmacéutica Pfizer ha revelado la frecuencia con la que usan las tecnologías para cualquier asunto relacionado con bienestar. Por ejemplo, el 34% de los encuestados utiliza todos los días internet para cuestiones del cuidado de la salud. Tres de cada diez lo hace semanalmente. Es cierto que la pandemia de covid aumentó la preocupación por la salud, pero los jóvenes ya utilizaban desde antes de marzo de 2020 las herramientas tecnológicas para informarse sobre estos asuntos. “La preocupación ha descendido respecto al año 2021, pero las cifras no han vuelto a los niveles previos a 2020″, ha subrayado Anna Sanmartín, subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, durante la presentación del estudio.

Cuando tienen dudas sobre prevención, cuidado o síntomas, consultan primero a su médico de cabecera, después investigan en redes sociales, luego hablan con médicos especialistas y relegan el cuarto puesto a sus madres. Principalmente, utilizan las tecnologías para cuidarse, prevenir y mejorar su bienestar y para fomentar un estilo de vida saludable. De acuerdo con el estudio, siete de cada diez utiliza las redes cuando presentan algún síntoma o no se encuentra bien. También cerca del 70% busca información sobre algún problema de salud consultando a alguien de su entorno.

Entre las herramientas que más utilizan en relación con la salud, las más empleadas son las apps de bienestar y seguimiento físico: contador de pasos (31,4%); alimentación (29,5%); menstruación (28,4%); y rendimiento físico o entrenamiento (26,7%).

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Hay claras diferencias entre los intereses de las mujeres y los hombres de esta edad. Ellos usan más las tecnologías para consultar asuntos sobre actividad física (principalmente fitness y running) y para cuestiones de alimentación, como dietas y adelgazamiento. En cambio, ellas se interesan más por asuntos de salud mental, como la ansiedad, el estrés y la depresión; y de estética, como el cuidado de la piel y el cabello. Aparecen también entre sus intereses algunos problemas leves de salud, como dolor de garganta y resfriado, o temas de salud sexual y reproductiva. Los más buscados en la última categoría son la menstruación, las infecciones de transmisión sexual y el embarazo.

Los jóvenes, como autodidactas en la tecnología, están acostumbrados a buscar herramientas y aplicaciones de salud y las usan para informarse por su cuenta. Y prestan atención a las páginas que están consultando para encontrar respuestas a sus preguntas. La investigación señala que depositan una mayor confianza en las webs o contenidos digitales avalados por organismos o profesionales sanitarios y confían más en la información proporcionada por profesionales que aquella ofrecida de manera general en internet y redes sociales. “La gente joven es cada vez más consciente de que hay bulos sobre la salud, pero no siempre ponen los medios para corroborar la información. Vamos bien encaminados en ese sentido, aunque haya cosas que mejorar”, dijo Sanmartín durante la presentación del estudio.

Los nuevos pacientes digitales

¿Por qué se informan más a través de internet? Siete de cada diez dice que les interesa más la información disponible en línea que la de su médico porque les resulta más cercana, clara y sencilla de consultar. La misma proporción señala que “es más visual y completa”, al ir complementada con vídeos o fotografías.

En torno al 56% dice que al seguir cuentas especializadas sobre salud considera que está más informado en asuntos relacionados con ella, y poco más de la mitad (52,7%) dice que encuentra antes la respuesta a sus inquietudes si lo busca en internet que si va al médico. Por último, más de uno de cada tres (35%) confiesa que lo hace también para evitar “consultas innecesarias” al médico.

Los jóvenes no buscan sustituir el sistema sanitario de salud por las tecnologías, pero tienen sus exigencias. Prefieren utilizar las aplicaciones digitales para gestionar sus citas médicas, acceder a resultados de análisis y archivos personales de salud o para tener consultas telemáticas. Por eso, cerca del 40% considera que sería un avance importante mejorar las plataformas digitales del sistema de salud y piden garantizar una atención sanitaria telemática de calidad. Entre las innovaciones que proponen, está también la mejora de la formación de los profesionales sanitarios en el uso de las tecnologías.

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Tecnología

Pregúntale a WhatsApp: Meta introduce la inteligencia artificial en sus aplicaciones | Tecnología

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El lanzamiento en abierto de ChatGPT en noviembre del año pasado inauguró una trepidante carrera por la inteligencia artificial (IA) generativa. Meta se había mantenido al margen de ese frenesí, fiel a su apuesta por el metaverso, aplacando a los inversores con pequeños anuncios puntuales para mostrar que no se dormía en ese frente. Esa tregua acabó anoche. El fundador y CEO de la compañía, Mark Zuckerberg, anunció a bombo y platillo el nacimiento de Meta AI, el chatbot conversacional que acompañará a los usuarios en las aplicaciones del grupo, como WhatsApp, Instagram o Messenger.

El magnate mostró en Meta Connect, el evento anual en el que la compañía presenta sus novedades, algunos ejemplos de uso. En un grupo de WhatsApp, el usuario puede preguntarle a MetaAI como si fuera un interlocutor más qué restaurantes orientales están abiertos hoy en el barrio. Todos los miembros del grupo verán la respuesta y podrán interactuar con ella. En Instagram, el usuario le pide al asistente que rodee de cachorros una foto determinada. MetaAI lo hace de forma ultrarrealista y en pocos segundos. “Meta AI es tu asistente básico, le puedes hablar como a una persona. Creo que va a transformar la forma en que la gente usa nuestros productos”, dijo Zuckerberg.

Los usuarios podrán pedirle al asistente de Instagram que genere fondos realistas para sus fotos.

La inmersión de Meta en la IA generativa llega algo más tarde que la del resto de grandes tecnológicas, pero apunta a ser total. El gigante prepara también una aplicación dirigida a empresas para que estas puedan configurar sus propios asistentes conversacionales, al estilo de ChatGPT, personalizados con el aspecto de famosos (como Snoop Dog o Paris Hilton). También presentó una herramienta para crear stickers originales.

Nuevas gafas

El viraje a la IA ha sido parcial. La gran apuesta estratégica de la compañía sigue siendo el metaverso. En el apartado de hardware, Zuckerberg presentó dos nuevos aparatos. Las gafas de realidad mixta Quest 3, que saldrán a la venta el 10 de octubre por unos 550 euros. Tienen un chip que duplica la potencia computacional respecto a las Quest 2. Presenta también algunas mejoras sobre las Quest Pro (1.200 euros), las lentes de gama alta, que siguen siendo las mejores del mercado hasta la fecha.

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Imagen promocional de las nuevas gafas de realidad mixta Meta Quest 3.
Imagen promocional de las nuevas gafas de realidad mixta Meta Quest 3.

Por ejemplo, el salto de la realidad virtual (enteramente digital) a la mixta (combina la visión normal con la incorporación de elementos digitales) se realiza tocando dos veces el lateral de las gafas. El visor escanea también automáticamente la estancia en la que se ubica el usuario y asume todo el espacio como campo de acción. Con los anteriores modelos, había que definir cada vez las fronteras del terreno sobre el que quería uno moverse.

Respecto al software, poco cambio por el momento. La red social del metaverso, Horizon Worlds, sigue sin evolucionar. La realidad aumentada y virtual servirá, básicamente, para jugar y ver películas. El entretenimiento seguirá siendo el gancho principal para atraer usuarios, al margen de ciertos grupos profesionales relacionados con el diseño que le puedan encontrar utilidad para modelaje, por ejemplo.

Mark Zuckerberg presenta en Meta Connect la nueva versión de las gafas inteligentes desarrolladas en colaboración con Ray-Ban.
Mark Zuckerberg presenta en Meta Connect la nueva versión de las gafas inteligentes desarrolladas en colaboración con Ray-Ban.

Meta no ha desistido en su intención de lograr que la gente lleve sus gafas espía. La tercera gran novedad presentada por el magnate estadounidense fue otra generación de las lentes inteligentes Ray-Ban Meta. Siguen teniendo el aspecto de unas inofensivas gafas de sol, pero ahora, además de grabar imágenes, hacer fotos y reproducir música, son capaces de retransmitir vídeos en directo. El asistente Meta AI llegará “pronto”, tanto a las Quest 3 como a las Ray-Ban.

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Tecnología

Smartphone: ¿Cuántas fotos y aplicaciones tienes en el móvil? Trucos para acabar con el desorden digital | Tecnología

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Decenas de apps en las que nunca se inicia sesión, miles de fotos desordenadas en la galería y una bandeja de entrada atiborrada de correos electrónicos. ¿Este escenario le resulta familiar? El desorden digital puede colapsar un dispositivo y crear estrés psicológico en las personas y riesgos de seguridad cibernética para las empresas, según algunas investigaciones. Estos son algunos consejos para mitigarlo en el móvil y el ordenador.

“El desorden digital es estresante”, asegura Cal Newport. Este profesor de ciencia computacional en la Universidad de Georgetown (Washington) defiende que “los clics y desplazamientos incesantes generan un zumbido de ansiedad de fondo”. Además de recuperar el control de las notificaciones, poner orden en la vida digital es un gran desafío en un mundo en el que cada vez se generan y almacenan más fotos, vídeos, documentos y emails.

Amanda Jefferson, propietaria de Indigo Organizing, explica que “a menudo hacemos que nuestro problema de desorden digital sea más grande de lo que es”. “Antes de empezar a buscar desesperadamente en Google cómo organizar tu vida, es útil dar un paso atrás y preguntarte si realmente son todas las cosas digitales las que te estresan. ¿O son solo una o dos áreas, como las fotos y los archivos?”, pregunta. La clave, según la experta, está en concentrarse en aquello que cause más malestar.

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Gestionar miles de fotos

“En lugar de arrancarte el pelo mientras limpias fotos o lidias con un montón de imágenes desordenadas, intenta utilizar algunas de las funciones sofisticadas de muchas aplicaciones de fotografía, como el reconocimiento facial y las etiquetas de fecha y hora”, afirma Jefferson. En los iPhone, la app Fotos reconoce las caras en las imágenes y las ordena en el álbum “Personas”. “Si añades nombres a las caras, podrás buscar fotos por el nombre de una persona”, indica la compañía de Cupertino.

Además, Apple permite encontrar imágenes por fecha, lugares, eventos o categorías (como “playa”, “puesta de sol” o “comida”). Estas funciones también suelen estar disponibles en las galerías de los móviles con Android y en algunas aplicaciones como Google Fotos, que permite encontrar recuerdos de “una boda a la que fuiste el verano pasado, a tu mejor amigo, una mascota o tu ciudad favorita”.

Para ahorrar espacio y poner orden, también es aconsejable eliminar las fotos borrosas o duplicadas. Google Fotos tiene una función para revisar y eliminar las fotos borrosas en cuestión de segundos y Remo Duplicate Photos Remover es una app para deshacerse de las duplicadas. Esto último también se puede hacer fácilmente en la aplicación Fotos del iPhone pulsando en “álbumes”, en “duplicados” y en “fusionar”.

Organizar los archivos digitales

Para encontrar documentos en el ordenador o en plataformas como Google Drive o Dropbox, es importante la forma de nombrarlos. A Jefferson le gusta comenzar con la fecha —el año, seguido del mes y del día— y añadir algunas palabras descriptivas sobre el archivo: “Si estás guardando copias de las calificaciones de tus hijos, puedes usar su nombre y el semestre”. La experta también aconseja agrupar los archivos en carpetas. En vez de “crear una arquitectura de carpetas grande y complicada”, sugiere comenzar “con algunas carpetas simples, como ‘registros médicos’, ‘escuela’ o ‘automóviles’. “Coloca archivos en ellas y agrega más cuando sea necesario”, indica.

Crear copias de seguridad

Para “ordenar la vida digital y proteger tus datos en el proceso”, desde la Universidad Carnegie Mellon aconsejan “crear una copia de seguridad en la nube o copiar esta información en una unidad externa para almacenarla de forma segura en caso de que pierda, le roben o incluso pirateen su dispositivo”. Algo que no resulta fácil para todo el mundo, según la compañía de ciberseguridad ESET. Entre los errores más comunes a la hora de realizar esta copia, la empresa destaca hacerla en el mismo dispositivo o equipo en el que está la información original y no clasificar la información.

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Una alternativa es la regla del 3-2-1. “Consiste en tener tres copias, en dos tipos de soporte diferentes [por ejemplo dos en sendos ordenadores y otra en la nube] y almacenar una de ellas en lugar físico distinto a nuestra casa o lugar de trabajo. De esta manera, nos aseguramos disponer de una copia de respaldo de nuestra información ante imprevistos no deseados”, explica a EL PAÍS Ángela G. Valdés, técnico de Ciberseguridad para Ciudadanos del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE).

Gestionar la sobrecarga de emails

Si en 2022 se enviaron y recibieron aproximadamente 333.200 millones de correos electrónicos al día, se prevé que esta cifra aumente a 376.400 millones para 2025, según Statista. Ante tal avalancha de emails, las etiquetas pueden ser muy útiles para poner un poco de orden. Se trata de una especie de marcadores que permiten clasificar los mensajes. Por ejemplo, los de “trabajo”, de “facturas” o de “viajes”. Para usarlas en Gmail, hay que pulsar en el ícono de menú en la esquina superior izquierda de la pantalla y elegir la opción de crear etiqueta. De esta forma, es posible agrupar los emails y tenerlos ordenados en una especie de carpetas para localizarlos más fácilmente.

Este es solo uno de los trucos para gestionar la sobrecarga de correos electrónicos. Jefferson también sugiere usar “aplicaciones más sofisticadas para limpiar el correo electrónico” como Superhuman. Este servicio, que cuesta 30 dólares —unos 27 euros— al mes, se puso de moda hace unos años en Silicon Valley al permitir controlar los mensajes solo con atajos de teclado.

Eliminar ‘apps’ sin uso

Como destaca Jefferson, “ninguna limpieza digital estaría completa sin limpiar tu teléfono”. La experta recomienda deshacerse de las apps no utilizadas que, además de ocupar espacio de almacenamiento, saturan la pantalla de inicio y pueden gastar batería. Estas aplicaciones se pueden desinstalar una a una de forma manual desde la pantalla de inicio. Para eliminar varias apps a la vez en un móvil con Android, hay que entrar en la opción “gestionar apps y dispositivos” de la Play Store y seleccionar todas las que se quieren eliminar.

En los móviles de Apple, basta con entrar en “almacenamiento del iPhone” dentro de los ajustes del teléfono y seleccionar qué apps o borrar de una lista en la que se indica cuánto ocupa cada una de ellas. Además, los iPhone tienen una función para deshacerse automáticamente de las apps que no se usan. Para activarla, hay que entrar en ajustes y pulsar en “App Store” y en “desinstalar apps no utilizadas”. “Si reinstalas una app, sus datos se restablecerán, siempre que siga disponible en App Store”, indica Apple, que no detalla cuánto tiempo debe ignorar una aplicación el usuario para que se elimine.

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