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Robert F Kennedy Jr tiene un plan con Bitcoin para fortalecer el dólar estadounidense
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5 meses agoon

El candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr. (también conocido como RFK Jr.) reveló que Bitcoin (BTC) jugará un papel en su plan de gobierno si gana las elecciones de 2024.
rfk incluye bitcoin arreglar la división super pacEl programa se lanzó a principios de este año con la misión de “curar a Estados Unidos”. Entonces, pensando en hacer que los estadounidenses vuelvan a tener una moneda fuerte, Hay una propuesta para apoyar gradualmente al dólar con BTC.
“Mi plan sería comenzar con una pequeña porción, tal vez el 1%, de modo que los bonos del Tesoro emitidos estén respaldados por moneda fuerte, oro, plata, platino o bitcoin”, señaló Kennedy en su enfoque.
Y aunque no habla de hacer moneda de curso legal de Bitcoin, Robert Kennedy tiene planes Esto muestra la forma en que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se está enfocando en Bitcoin Para dinamizar la economía del país centroamericano.
RFK y Bukele apuntan a ese futuro La escasez absoluta de Bitcoin fortalece la erosión del dólar estadounidense como moneda de reserva del mundo. Por ello, proponen frenar esto introduciendo el dinero electrónico. de igual a igual,
Según The Street, RFK dijo: “Respaldar el dólar estadounidense con activos tangibles y obligaciones de deuda debería ayudar a restaurar la fortaleza del dólar, controlar la inflación y marcar el comienzo de una nueva era de estabilidad financiera, paz y prosperidad”.
Desafiar la regulación anti-Bitcoin de Biden, como primer objetivo
RFK Candidato Los impuestos de Bitcoin prometieron ser investigados, así como el lanzamiento de esquemas basados en criptoactivos para facilitar la innovación y fomentar la inversión. Él opina que las empresas de tecnología pueden prosperar en los Estados Unidos en lugar de en Singapur, Suiza, Alemania o Portugal, donde las regulaciones son más amigables con la industria de las criptomonedas.
Con estas propuestas, Kennedy desafía al titular Joe Biden, a quien está obligado a derrotar en primera instancia, en la carrera por la Casa Blanca.
Sin embargo, Biden, un demócrata, se presentó a la reelección en abril pasado. No es popular en la comunidad de criptomonedas Debido a la estricta regulación y control adoptado por su gobierno sobre la industria.
Incluso, la presión regulatoria que existe en Estados Unidos contra ciertas empresas del ecosistema bitcoin ha llevado a la región a buscar nuevos destinos para establecerse y El Salvador es uno de ellos.
Además, RFK planea alentar la adopción de BTC en los Estados Unidos y “proteger el derecho de autoconservación de bitcoin”, proteger el “derecho a ejecutar un nodo en casa” y la “regulación de energía neutral para la industria”. . ,
En Mayo, Criticó la insistencia de la administración Biden en imponer impuestos hasta el 30% de la energía eléctrica utilizada por los mineros de bitcoin, según informó Cryptonoticious en su momento.

Más planes para Estados Unidos con Bitcoin
RFK, por otro lado, describió su compromiso con bitcoin como parte integral de los ideales de su tío, el presidente John F. Kennedy, quien fue asesinado en 1963.
Agregó que, al igual que su tío, ahora planea gobernar un país libre y justo. También afirmó entender, al igual que su antepasado, La forma en que los gobiernos manejan el dinero.
“Entendemos muy bien la relación que existe entre el dinero fiduciario y la guerra, y cómo es posible expandir el dinero y crear desequilibrios explotando los desequilibrios que generan miedo a la guerra o al daño ambiental a gran escala, así como también por eso pienso en bitcoin. como moneda de reserva global para evitar la destrucción del dólar.
Robert F. Kennedy Jr., candidato a presidente de los Estados Unidos.
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RFK también habla de convertir a Estados Unidos en el centro mundial de las criptomonedas, con una adopción centrada principalmente en bitcoin. Con esto, vuelve a recordar a Bukele, pero de inmediato, como si él mismo se diera cuenta, Se ha desmarcado del discurso del presidente de Salvador.
“Implementaremos algún tipo de regulación sensata porque hay que entender que los gobiernos reconocen a bitcoin, no es tan seguro y por lo tanto no debe ser regulado de esa manera”, dijo.
Dijo que levantaría barreras para hacer frente a la posibilidad de emitir un dólar digital o una moneda digital del banco central de Estados Unidos (CBDC). esto primero La necesidad de garantizar la privacidad de los ciudadanos.
Anteriormente, Kennedy invocó su incredulidad en el desarrollo del dólar digital en los Estados Unidos, según informó Cryptonoticious.
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Tecnología
El puzle genético de la humanidad se está completando en internet: estos son los riesgos que conlleva terminarlo | Salud y bienestar
Published
7 mins agoon
5 de diciembre de 2023
Cuando era pequeño, Adriano Berjillos escuchaba a su padre relatar historias familiares. Sabía que tenía un antepasado, de esos cuyo grado de parentesco se mide en “tataras”, que provenía de Alemania. De ahí había sacado él su piel blanca y su pelo rubio, le decía. 30 años más tarde, se lo repitió un email de 23andMe. Berjillos pagó unos 100 euros, escupió en un tubo de ensayo y unas semanas más tarde pudo echar un vistazo a su propio ADN. “Bienvenido a ti mismo”, le decía el mail. Las leyendas familiares tomaron un poso tangible cuando descubrió que, efectivamente, tenía un 4,5% de sangre franco-germana. Que tenía muchas posibilidades de tener la piel blanca y el pelo rubio o castaño. Que no tenía pecas. Que, seguramente, tendría el dedo gordo del pie más largo que el resto. “Y acertó en todo”, comenta sorprendido.
También le dijo que tenía menos de un 1% de ascendencia asquenazí, comunidad judía que se asentó en el centro de Europa en el siglo IX. Esta comunidad, junto a la china, fue el principal objetivo de un grupo de hackers que el pasado mes de septiembre accedió a las bases de datos de 23andMe para robar perfiles genéticos. Pusieron el de Berjillos, y el de otros cuatro millones de usuarios, a la venta en un foro de la deepweb. Se suponía que algunas aseguradoras sanitarias podrían estar interesadas. O algunos tabloides, pues se incluía, con nombres y apellidos, el perfil genético de personajes famosos. Otras informaciones sugerían que la finalidad real era chantajear a la empresa con un daño reputacional.
A Berjillos todo esto le da bastante igual. En Europa hay sanidad pública y total, él ya había compartido sus datos en Forocoches. No cree que el hecho de tener el dedo gordo del pie muy largo sea una información especialmente interesante o que merezca la pena ocultar. En el momento de hablar con EL PAÍS ni siquiera había comprobado en su correo electrónico si le habían robado los datos. “Oye, que sí”, añadirá en un posterior audio. “He comprobado y efectivamente, me mandaron un mail”.
Los datos son el petróleo de la economía digital y en los últimos años, millones de personas han subido los de su ADN a internet, lo que podría suponer un problema. Quizá no para alguien como Berjillos, pero los usuarios con malformaciones genéticas, perfiles públicos o pertenecientes a minorías étnicas en contextos racistas (como los uigures en China o los rohinyás en Birmania) pueden tener más recelos.
La mayoría de clientes de esta tecnología (hasta el 80% en el caso de 23andMe) acceden a que su genoma sea utilizado para investigación médica. Y esto, además de estudios interesantes, reporta pingües beneficios. En 2018, 23andMe llegó a un acuerdo con una de las farmacéuticas más grandes del mundo, GlaxoSmithKline, por más de 300 millones de dólares para el “desarrollo de nuevos medicamentos”. Antes de este trato hubo más de una decena de acuerdos similares. Estos datos suelen estar anonimizados, pero un estudio de la revista Nature, de 2021, alertaba sobre riesgo residual de identificación individual.
“La mayoría de las grandes empresas del sector obtienen beneficios vendiendo los datos genéticos de sus clientes”, señalan en la web de la empresa española 24Genetics. “Nosotros, no”. Su presidente, Nacho Esteban, explica que las leyes europeas son mucho más garantistas que las estadounidenses. “Aquello es el lejano oeste de los datos”, resume. Pero subraya, él también, que es una venta anonimizada, y apunta a que el uso de estos datos con fines científicos puede ser positivo. “Nosotros, por ejemplo, hicimos una investigación sobre la genética y cómo afecta a la covid. Lo hicimos de manera gratuita y nos publicaron en Nature”.
Los datos se conservan en línea para poder actualizarse con los avances científicos que se dan en este campo de forma notable. Y para ir conectando a familiares a medida que estos se hagan un perfil. La cosa empezó como un Facebook de genes, pero poco a poco, está componiendo un puzle del ADN de la humanidad. Y ya hay tantas piezas que muchas veces es posible localizar incluso a las que faltan.
Se calcula que bastaría un registro de perfiles genéticos del 2% de la población adulta de un país para localizar a los parientes de cualquier ciudadano a partir de una muestra de ADN anónima. Según un estudio de JAMA Insights, en 2021 se habían realizado más de 26 millones de pruebas. Tres años más tarde, solo las dos empresas más grandes, 23andMe y Ancestory, superaban de largo esa cifra, llegando a los 33 millones. Los números están creciendo de forma exponencial. “No sabemos cuántos perfiles hay de población española, pero en Estados Unidos, la probabilidad de localizar a alguien es altísima”, señala Antonio Alonso, genetista y director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.
Alonso destaca las múltiples implicaciones que esto puede tener. Para empezar, en el campo de la investigación policial, donde será posible encontrar a casi cualquier criminal con una muestra de ADN. En 2018 la policía de Sacramento detuvo, tras más de 40 años, al llamado Golden State Killer, uno de los mayores asesinos y violadores en serie de la historia de Estados Unidos, gracias a los bancos genéticos. Un investigador subió una muestra genética del misterioso asesino a GEDmatch. Así comenzaron a hallar familiares lejanos, hasta que se cerró el círculo sobre Joseph James DeAngelo Jr. El caso dio la vuelta al mundo por la fama de su autor, pero dista mucho de ser único. “Ya llevamos 700 casos investigados con esta técnica, muchos de ellos resueltos”, apunta Alonso. “Sobre todo en EE UU, pero también en Europa”.
Hasta ahora, para estos casos, se utilizaba CODIS, un programa informático (creado por el FBI estadounidense, pero usado en muchos países europeos) que contiene datos de perfiles de ADN de personas condenadas, de pruebas halladas y de personas desaparecidas. Este hace el estudio de unas 20 o 25 regiones del ADN. Pero en los últimos años, con la popularidad de las bases de datos públicas, gestionadas por compañías privadas, se ha abierto una nueva forma de investigación. En estas hay decenas de millones de personas, no unos pocos miles. Y su análisis es mucho más exhaustivo. “Ahí se están analizando, no 20, sino 600 mil regiones del genoma”, destaca Alonso. “Por eso son tan efectivas”.
Son particulares, gente que quiere saber qué tanto por ciento de vikingo tiene su sangre, qué malformaciones genéticas puede desarrollar o si tiene un primo cuarto que vive en Australia. Pero de paso, puede dar la información necesaria para llevar a la cárcel a un familiar. Antes se registraba la posible aguja. Ahora se está registrando todo el pajar, pero con tanto detalle y de forma tan metódica que es posible triangular cualquier aguja. Gracias a las bases de datos de ADN y trabajando con los registros públicos y las redes sociales, se puede llegar a la rama correcta del árbol genealógico correcto, cercando a la persona misteriosa hasta reducir el número de sospechosos a una decena. “Esto no te lleva directamente al criminal, sino a un grupo de familiares de hasta cuarto grado”, explica Alonso. “Entonces hay que investigar, quién es esa persona, las dimensiones geográficas, temporales, la edad tiene este individuo”.
Pero en España, la policía no usa las bases de datos de estas empresas. Lo confirma Begoña Sánchez, comisaria y directora de la Policía Científica a EL PAÍS. “En estos casos se usa CODIS”, añade. Sánchez reconoce que acceder a los enormes registros de las empresas privadas podría ayudar en la resolución de algún caso, pero no es la tecnología, sino la ley la que lo impide. “¿Hasta dónde llega el consentimiento de alguien que sube su perfil genético a estas plataformas?”, se pregunta. Ella intuye la respuesta de un juez, así que ni lo intenta. “No nos vamos a arriesgar a que nos tiren una investigación”, resume tajante. CODIS tiene ciertas limitaciones. Solo menciona el sexo de la persona, cuando la tecnología ya permite hacer una descripción mucho más pormenorizada. “El futuro es este, pero tiene que ir acompañado de una legislación acorde”, resume la comisaria. “Vamos hacia la secuenciación masiva”.
Los archivos se destruyen, los genes no
No solo la policía tiene interés en triangular a una persona desconocida a través de material genético. Alonso está ayudando a montar un Banco estatal de ADN de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura. La herramienta ayudará a identificar restos de fosas comunes de asesinados, pero también incluirá los perfiles genéticos de las personas presuntamente afectadas por robos de bebés, aunque hace poco señalaba en este periódico que él no conoce ningún caso.
Este tipo de investigaciones también son bastante habituales en personas adoptadas que buscan sus orígenes. Muchos de ellos se empezaron a hacer los test genéticos hace años, para conocer posibles predisposiciones a desarrollar enfermedades. Pero con el avance de la biotecnología, este procedimiento se ha convertido en una herramienta para localizar a la familia biológica.
“Los archivos pueden destruirse, pero los genes, no. Lo único que no va a desaparecer nunca es el ADN”, señala Beatriz Benéitez, mediadora familiar y presidenta de la asociación La voz de los adoptados. Ella nunca lo ha usado, pero ha acompañado a muchas personas en este camino. “Yo les oriento y les aconsejo siempre que se lo hagan”, confirma. Es lo que hizo con Mar Anes. “Mi intención era encontrar algún familiar directo o alguno que me acercase al mismo objetivo, quizá algún primo lejano”, explica Anes, adoptada —y adoptante— de 52 años, en un intercambio de audios. Le salieron 1.500. Una de las más cercanas era Nelly, una prima cuarta de 80 años. Ahora también es su amiga y hablan casi todos los días. A veces le manda una foto y Nelly le contesta, “tienes los ojos igualitos que esta u otra prima”. Cuando va al médico, le recuerda los antecedentes sanitarios de la familia. Son frases sencillas, pero para Anes significan un mundo. Nadie le había buscado un parecido hasta entonces, nadie le había hablado de unos antecedentes, no solo médicos, sino familiares. “Es muy bonito”, reconoce ella.
Anes sabe por su perfil genético que la mayoría de su familia proviene de León. Pero lamenta que allí los test genéticos no sean muy populares. Por eso no ha conseguido localizar a un familiar más cercano. “Tampoco estoy haciendo una búsqueda activa”, reconoce, “creo que no podría soportar otro rechazo”. Pero cada ciertos meses vuelve a mirar en su perfil en 23andMe para comprobar si hay novedades, si algún nuevo familiar se ha hecho el test. Sabe que es cuestión de tiempo.
Nacho Esteban también lo cree. El empresario confirma que este sector ha crecido enormemente en los últimos años, pero opina que no es una moda sino una tendencia. Y que está lejos de frenarse. “Estas tecnologías cada vez son capaces de leer más datos con mayor precisión y a un coste más bajo”, señala. Esto explica el número creciente de solicitudes a las que están haciendo frente. Los beneficios son muchos y evidentes. Los riesgos pasan por un posible filtrado de datos. O por ayudar a enviar a un familiar lejano (y culpable) a la cárcel. Pero la cuestión es que, aunque usted no esté en uno de estos enormes bancos de datos genéticos, siempre habrá un primo lejano, una tía o un sobrino que sí esté. Su material genético ya está en línea, aunque jamás se haya hecho una prueba.
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IBM anuncia el comienzo de la “era de la utilidad cuántica” y anticipa un superordenador en 2033 | Tecnología
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16 horas agoon
4 de diciembre de 2023
La computación cuántica no es solo cuestión de cúbits, la unidad básica de información. La clave para esta tecnología es la conjunción de sistemas que permitan construir un ordenador útil y tolerante a los fallos. La multinacional IBM ha anunciado este lunes un paso fundamental en este sentido al presentar tres avances: un procesador de 1.121 cúbits denominado Cóndor (el mayor conocido); Heron, un chip de 133 cúbits desarrollado para su interconexión y basado en una arquitectura conocida como “tunable coupler”; y un nuevo System Two, un sistema modular y flexible para combinaciones múltiples de estos procesadores con enlaces de comunicación cuántica y clásica. Estos avances, unidos a las nuevas fórmulas de mitigación y corrección de errores, anticipan lo que Darío Gil, vicepresidente de IBM y director de la división de investigación (IBM Research), califica como “la nueva era de utilidad cuántica”, que podría desembocar, según sus previsiones, en un superordenador básicamente cuántico, pero con sistemas clásicos y con corrección modular de errores en 2033.
Los últimos desarrollos de IBM han hecho saltar por los aires la propia hoja de ruta de la multinacional, que ha cumplido hasta ahora con precisión matemática, para llegar más lejos y antes de lo previsto al “desbloqueo de todo el poder de la computación cuántica”, según la nueva senda tecnológica presentada este lunes.
Superar los errores, en palabras de Jian-Wei Pan, físico de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, “es uno de los grandes desafíos para el ser humano”. Los fallos se generan por cualquier interacción con el medio ambiente (ruido, ondas o temperatura, por ejemplo) y provocan que la superposición de estados (la propiedad física que permite a una partícula estar en una posición A y B al mismo tiempo) se degrade hasta hacerla inútil. Esa superposición es lo que permite una capacidad exponencial de la computación cuántica frente a la binaria clásica, que se limita al 0 o 1 del bit. De esta forma, si dos bits pueden almacenar un número, dos cúbits almacenan cuatro y diez cúbits pueden tener 1.024 estados simultáneos.
Para llegar a esa meta de sistemas útiles y tolerantes, IBM cree haber dado con las puertas que lo pueden permitir y que se fundamentan en avances de los procesadores, en los sistemas de interconexión de estos para permitir una computación robusta y en la mitigación y corrección de errores.
El aumento de capacidad singular lo ha conseguido IBM otra vez. “El Cóndor vuela”, bromea Gil ante el hito del nuevo procesador cuántico que sucede al Osprey, presentado el pasado año con 433 cúbits, capaz de representar un número de estados superior a la cantidad de átomos en el universo observable. Pero casi triplicar la capacidad del procesador no es lo único alcanzado. “Muchas cosas han pasado este año simultáneamente”, explica Gil.
El principal logro es que IBM considera que ya no es imprescindible continuar aumentado la capacidad de un procesador único, sino que se puede alcanzar la computación cuántica práctica con otro método. “Vamos a hacerlo a través de modularidad, con muchos chips conectados unos con otros de tal manera que podamos crear el superordenador”, asegura Gil.

Estos chips, que serían como las piezas de un juego de construcción, son ahora los IBM Quantum Heron de 133 cúbits, creados a partir de una nueva arquitectura denominada tunable coupler. Esta ingeniería permite plataformas de información cuántica de mayor tamaño y funcionalidad. “Heron puede combinarse modularmente e incorporar la comunicación clásica para acelerar los flujos de trabajo. Con el tunable coupler podemos ajustar la frecuencia de los cúbits y conseguir un procesador mucho mejor que el anterior”, explica Gil. Esta arquitectura se complementa con los 4K cryo-CMOS, controladores de estado de cúbits semiautónomos, de baja potencia y “del tamaño de una uña”.
“Heron es nuestro mejor procesador cuántico en cuanto a rendimiento hasta la fecha. Supone una mejora de hasta cinco veces con respecto al dispositivo insignia: el Eagle”, añade Matthias Steffen, jefe de arquitectura cuántica de la compañía y de tecnologías de procesadores.
La base de la interconexión de los chips Heron es la nueva generación del System Two, el sistema diseñado para combinar de forma modular y flexible múltiples procesadores en un solo sistema con enlaces de comunicación. Esta red es el componente básico de la supercomputación cuántica, ya que permite escalar el potencial computacional sin tener que progresar indefinidamente en la capacidad singular de un solo procesador.
“El System Two permitirá nuevas generaciones de procesadores centrados en tecnología cuántica, con una infraestructura central totalmente escalable y modular que permitirá ejecutar circuitos como nunca”, asegura Steffen.
El nuevo modelo ha llevado a repensar los próximos desarrollos. Gil afirma que “todas las generaciones siguientes van a estar basados en él”. “Estamos convencidos de que no necesitamos aumentar más el número de cúbits por unidad de procesador. El futuro va a ser cientos y miles de procesadores, cada uno más pequeño de 1.000 cúbits, conectados entre sí”, asegura.
El elemento clave que abrió las puertas de esta nueva senda fue la investigación publicada en Nature y que demostró que un procesador de IBM de solo 127 cúbits es capaz de medir valores esperados en operaciones de física más allá de las capacidades de los mejores métodos computacionales clásicos actuales. “Nos permite entrar en la era que hemos denominado de la utilidad cuántica, en la que ya se pueden hacer cálculos de una manera mucho más eficiente y robusta de lo que se puede hacer con cualquier tipo de simulador o con cualquier tipo de computación clásica”, asegura Gil.
Katie Pizzolato, responsable de algoritmos cuánticos y socios científicos de la compañía, cree que se trata de un momento disruptivo: “Fue la primera vez que una computadora cuántica produjo valores precisos a una escala que estaba fuera del alcance de la computación clásica de fuerza bruta y la respuesta desde entonces ha sido exactamente lo que esperábamos; desde este artículo hemos visto a muchas personas publicando investigaciones que usan la cuántica como una herramienta”.
Ya no se trata solo del Qiskit, un entorno de sistemas clásicos y cuánticos que permite llevar a la programación las soluciones frente al ruido y facilitar a los usuarios que incorporen la computación más avanzada. “Ahora hemos roto la barrera de los más de 100 cúbits con suficiente calidad”, resalta el directivo español en referencia a la investigación de Nature. Y anuncia: “Combinados con la mitigación de errores, van a permitir una explosión científica”.
Jay Gambetta, vicepresidente de IBM Quantum, destaca que ese desarrollo de programas se verá favorecido por la inteligencia artificial: “Todo el poder de la computación cuántica será impulsado por la IA generativa, que simplificará la experiencia del desarrollador”.
“Hay muchos problemas que afrontar y la naturaleza sabe cómo, pero no nos lo dice”, resume Stefan Woerner, director de Ciencia Computacional Cuántica en la sede de IBM en Zúrich (Suiza). El científico afirma que el objetivo final es llegar a una computación cuántica fundamentada en tres criterios: que sea más eficiente, barata y precisa. El modelo demostrado en Nature, según afirma, ha sido “crucial” para avanzar en esta senda.
“Será muy extraño que cualquier plataforma importante en la nube no tenga computación cuántica en 2030. Esta va a ser más impactante que la inteligencia artificial y los actuales supercomputadores”, cree Christian Weedbrook, director de Xanadu Quantum Technologies. “La computación cuántica cambiará las relaciones entre la gente, la tecnología y el trabajo”, añade Soney Trent, fundador y presidente de la también empresa tecnológica Bulls Run Group.
Las investigaciones cuánticas continúan y todas contribuyen al desarrollo de esta tecnología. Investigadores del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE), la Universidad de Chicago y la Universidad de Cambridge ha creado a partir del diamante cúbits más controlables y que pueden operar con equipos y gastos significativamente reducidos, según han publicado en Physical Review X. “Nuestra técnica permite elevar drásticamente la temperatura de funcionamiento de estos sistemas y reduce mucho los recursos para operarlos”, afirma Alex High, profesor asistente de la Escuela de Ingeniería Molecular Pritzker de la Universidad de California, cuyo laboratorio dirigió el estudio.
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Tecnología
Así es la carrera hacia un nuevo internet basada en física cuántica | Tecnología
Published
1 día agoon
4 de diciembre de 2023
En mayo de 2023, Benjamin Lanyon, profesor de la Universidad de Innsbruck (Austria), dio un paso de gigante hacia la creación de un nuevo tipo de internet: transfirió información a través de una fibra óptica de 50 kilómetros utilizando los principios de la física cuántica.
En física cuántica, la información no se organiza en unidades de datos —dígitos binarios— almacenados y tratados por ordenadores, como ocurre con la actual red informática mundial. La física cuántica estudia las propiedades e interacciones de moléculas, átomos y partículas aún más pequeñas, como electrones y fotones.
Los bits cuánticos, o cúbits, abren la puerta a la posibilidad de transmitir la información de forma más segura, dado que las partículas cambian de estado por el mero hecho de observarlas y medirlas. Esto significa que siempre se detectaría cualquier acto de espionaje. Lanyon afirma que su trabajo hace que el internet cuántico sea factible a nivel metropolitano, tras lo cual se abordaría su uso en distancias interurbanas más largas. “Podemos concebirlo a escala de gran ciudad”, señala.
Este gran avance es fruto de un proyecto de investigación financiado con fondos de la Unión Europea cuyo objetivo es acercar el internet cuántico. Este proyecto, denominado Alianza de Internet Cuántico (QIA, por sus siglas en inglés), reúne a institutos de investigación y empresas de toda Europa. La iniciativa recibirá fondos de la Unión Europea por valor de 24 millones de euros a lo largo de un periodo de tres años y medio que concluirá en marzo de 2026.
“No se trata de sustituir al internet clásico, sino de que trabajen juntos”, explica la alemana Stephanie Wehner, coordinadora de QIA y profesora de Información cuántica en la Universidad de Tecnología de Delft (Países Bajos). “No vamos a sustituir Netflix”, añade. El entrelazamiento es un concepto básico de la física cuántica. Si dos partículas están entrelazadas, independientemente de la distancia espacial que exista entre ellas, poseerán propiedades similares; por ejemplo, ambas tendrán la misma medida de “espín”, una versión cuántica de la dirección en la que giran las partículas.
El estado de espín de las partículas no se define hasta que estas se observan. Hasta entonces, se hallan en múltiples estados, un fenómeno denominado “superposición”. Es al observarlas cuando se conoce el estado de ambas partículas.
Infinitas posibilidades
Este concepto resulta útil en el campo de la seguridad de las comunicaciones. Cualquiera que tratase de piratear una transmisión cuántica dejaría una huella evidente, ya que provocaría un cambio en el estado de una partícula observada.
“Podemos utilizar las propiedades del entrelazamiento cuántico para lograr un medio de comunicación seguro cuya seguridad sea demostrable, aunque el pirata posea a su vez un ordenador cuántico”, apunta Wehner. El nivel de seguridad en las comunicaciones que brindaría una red de internet cuántica abriría un amplísimo abanico de aplicaciones que van mucho más allá de lo que permite el internet clásico.
En medicina, por ejemplo, la física del entrelazamiento permite un nivel de sincronización de relojes que puede mejorar la telecirugía. “Si queremos realizar una operación quirúrgica en un nodo remoto, este debe estar perfectamente sincronizado para evitar cometer errores”, señala Wehner.
La astronomía también podría beneficiarse de este avance. Los telescopios que realizan observaciones a larga distancia podrían “servirse del internet cuántico para generar entrelazamientos entre los sensores y obtener una imagen mucho mejor del cielo”, añade Wehner.
Otro ejemplo son los cajeros automáticos. En la actualidad, si un cajero se avería mientras un usuario está sacando dinero, la máquina podría asumir que no se ha entregado ese efectivo, mientras que otro dispensador podría registrar que sí se ha retirado. Con un internet cuántico desaparecería esta discrepancia. Muchas de las aplicaciones del internet cuántico probablemente no podrán conocerse hasta que se cree la tecnología. “Ofrece toda una serie de nuevas posibilidades para realizar mediciones precisas del espacio y el tiempo, así como para estudiar el funcionamiento del mundo y el universo”, comenta Lanyon.
Pruebas a distancia
Lo complicado ahora es ir ampliando el internet cuántico para utilizar muchas partículas a largas distancias. Lanyon y su equipo han demostrado además que la comunicación no ya entre partículas individuales sino entre trenes de partículas —en este caso, partículas de luz llamadas fotones— acelera el entrelazamiento entre nodos cuánticos.
“Si se envía un único fotón cada vez, hay que esperar el tiempo que tarda en viajar de un punto a otro”, explicó. “Pero si esto se hace con trenes de muchos fotones, es posible aumentar la velocidad de entrelazamiento entre nodos cuánticos en las distancias que deseamos”. El objetivo último es ampliar considerablemente el alcance de los nodos cuánticos, quizás 500 kilómetros, y crear un prototipo de internet cuántico que pueda conectar ciudades muy distantes entre sí, como hacen los distintos nodos del internet clásico para crear una red global.
Aunque podría existir un internet cuántico para aplicaciones especializadas ya en 2029, los expertos se muestran cautos a la hora de vaticinar cuándo podría estar disponible una versión completa para una amplia gama de usos. “Se trata de una cuestión muy complicada”, dice Wehner. Mientras QIA plantea los componentes y sistemas del internet cuántico, Europa trabaja para desarrollar los propios ordenadores cuánticos.
En junio de 2023, una asociación público-privada de la UE denominada Empresa Común de Informática de Alto Rendimiento Europea anunció que seis países europeos tendrían ordenadores cuánticos: Alemania, Chequia, España, Francia, Italia y Polonia. El objetivo es garantizar que Europa se encuentra a la cabeza de la revolución de las tecnologías cuánticas. Los ordenadores cuánticos tendrán una capacidad de cálculo sin precedentes con múltiples aplicaciones, como la posibilidad de descifrar los algoritmos criptográficos en los que se basa la seguridad de la mayoría de los intercambios en el internet actual.
Un campo muy estudiado
Se prevé que la mitad de los sistemas criptográficos más utilizados pueda descifrarse antes de que termine la década y Europa no es, ni de lejos, la única parte interesada. China y Estados Unidos han logrado sus propios avances en materia de computación cuántica e internet cuántico en los últimos años.
Volviendo a la infraestructura, Europa ha tomado otro camino. Está desarrollando una infraestructura espacial y terrestre integrada para las comunicaciones seguras, un componente clave del internet cuántico. “Me enorgullece poder decir que somos punteros en muchos campos”, coments Wehner. Aunque resta mucho por hacer en todos los países interesados, los posibles beneficios permiten presumir nuevos avances e innovaciones a corto plazo.
“Se están desarrollando nuevas aplicaciones de redes cuánticas a un ritmo bastante acelerado”, explicó Lanyon.
(La versión inglesa de este artículo se actualizó el 12 de octubre de 2023 para corregir una palabra en la cita de Stephanie Wehner que aparece en el párrafo decimotercero. La palabra correcta es provably [demostrable] en lugar de probably [probable])
La investigación descrita en este artículo ha sido financiada con fondos de la UE. Artículo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigación e Innovación de la Unión Europea.
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