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“¿Un campo de batalla polarizado?”: las notas de la comunidad, la apuesta de Elon Musk contra la desinformación | Tecnología

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“Las notas de la comunidad es de lo mejor que le ha pasado a Twitter”, escribe un usuario. “Le estaba cogiendo mega asco a Twitter últimamente pero las notas de la comunidad me dan el motivo para meterme otra vez”, dice otro. “Las notas de la comunidad son lo mejor que ha inventado Twitter en años, me encanta ver una publicación y que la persona miente descaradamente”, añade otro.

En X, antes Twitter, es fácil encontrar todo tipo de opiniones. Pero docenas de posts sobre las nuevas “notas de la comunidad” son de celebración. En España su aparición ha aumentado en la última semana de agosto. Las “notas” son un sistema de moderación comunitaria de la plataforma, escrito y valorado por sus usuarios. La idea surgió en el viejo Twitter de Jack Dorsey, su cofundador. Creada en 2021, entonces se llamaba Birdwatch. Desde su compra, Elon Musk le cambió el nombre y se ha convertido en su mayor partidario. Su propia cuenta ha recibido correcciones: “Las notas de la comunidad se aplican por igual a todas las cuentas de esta plataforma sin excepción, incluidos los líderes mundiales y nuestros mayores anunciantes”. Como en Wikipedia, consiste en traspasar a un grupo de usuarios registrados la responsabilidad de reducir la desinformación de la red.

A España llegaron en abril en pruebas y desde julio se abrieron a todos los usuarios, el primer país europeo donde ha ocurrido. En Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y Bélgica llegaron un mes más tarde y, desde esta semana, están en abierto en 23 países europeos. Excepto Brasil, en varios países latinoamericanos las inscripciones están abiertas, pero el sistema no funciona completamente. En esta página pueden leerse posts con sus “notas” en todas las lenguas.

El ritmo de publicación de notas es bajo y se centra en publicaciones virales o de cuentas célebres. La cuenta oficial de X que recoge las notas “más útiles” tiene apenas 235 mensajes. Los perfiles afectados van desde el candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo (que obvió detalles de un agresor sexual), una periodista mexicana (que exageró sobre el peligro del agua vertida en Japón) o de la secretaria de Estado de Igualdad sobre el consentimiento y el Código Penal. En los últimos días, los posts sobre Luis Rubiales y el Mundial ganado por las futbolistas españolas han dominado las notas. Varios medios tradicionales se llevan también su reprimenda y también tuits con mucha difusión, sobre raras formas de la naturaleza (todas falsas) o cómo un animal huye de un guepardo gracias a un pedo (inventado).

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Nota de la Comunidad a un tuit de Alberto Núñez Feijóo

El sistema es perfecto para convertirse en un nuevo campo de batalla político y cultural. Hay usuarios de la plataforma que ruegan una nota para publicaciones que les disgustan: el placer de ver sufrir al rival por una nota asignada por cientos o miles de votos es mucho mayor que cuando la etiqueta de “falso” la pone un medio o fact-checker. El sistema, para protegerse de descalificaciones interesadas, es más complejo de lo que parece. Los usuarios registrados ven un puñado de notas sugeridas que han escrito otros usuarios. Deben valorarlas, no solo si es verdad o no, sino por qué sí o por qué no.

“El proceso consiste en calificar si la nota es útil y luego sale una serie de criterios para que marques qué ha determinado tu decisión”, dice la usuaria Daurmith, que prefiere no dar su nombre real. “Si usa fuentes de calidad, si proporciona contexto importante, si el lenguaje es neutral. Y si la calificas como no útil tienes una batería diferente de criterios: lenguaje tendencioso, no da fuentes o estas no son fiables”.

El sistema también evita que los editores se líen a discutir. “Dentro de las notas no se puede hacer un campo de batalla, porque si alguien pone una nota y yo la califico no sale mi calificación para esa persona”, dice la streamer Andrea Sanchis, usuaria registrada. Los editores son anónimos: su nombre de usuario en X no es el mismo que su apodo para la plataforma de edición de notas. Para ser miembro de este tribunal colectivo solo es necesario tener un número de teléfono y rellenar un pequeño formulario. No hay que pagar tampco la suscripción mensual de X.

Pero es inevitable que a veces se complican. EL PAIS ha visto los mensajes debajo de un vídeo vinculado a la polémica de Luis Rubiales. Era un post especialmente conflictivo: había 7 propuestas de nota (ninguna aprobada en ese momento) y luego otras 6 explicando por qué no necesita una nota. Una que defiende que no hay que añadir contexto dice, por ejemplo: “El vídeo es claro, y aporta el contexto necesario. No requiere nota. El espectador que decida pensar como desee y crea conveniente, pero no se manipula la información o vídeo”. Las siglas “No Necesita Nota” (NNN) serán pronto un mensaje central en la batalla del nuevo sistema. El algoritmo de X decide con votos de otros usuarios si debe mostrar alguna “nota” a todos los usuarios.

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Tuit de una cuenta viral corregido por las "notas de la comunidad".
Tuit de una cuenta viral corregido por las “notas de la comunidad”.

X solo publica las que han recibido suficientes votos a favor por parte de usuarios que habitualmente no están de acuerdo en sus valoraciones. Eso debe indicar, en principio, transversalidad ideológica. Así X se defiende de operaciones partidistas o troleadas. Una vez en abierto, la nota puede seguir siendo puntuada, incluso por usuarios no registrados que la vean; no es raro que una nota ya publicada acabe por desaparer posteriormente.

Aunque los usuarios registrados no deben valorar todo lo que la plataforma les sugiere, hay en circulación muchas más notas del puñado que se acaba publicando: “A ojo, podría estimar que solo se hacen públicas entre el 5 % y el 10 % de las que se escriben”, calcula el profesor de la Universidade da Coruña Manuel Herrador, otro usuario registrado.

¿Sirve para controlar la desinformación?

¿Cómo es de útil un sistema así para controlar la desinformación? Tiene algo de bueno y quizá por eso provoca el entusiasmo por ahora: agrega inteligencia colectiva. “Es cierto que la moderación colectiva y la información contextual es una muy buena herramienta para capturar información de calidad y al mismo tiempo identificar mejor la desinformación”, dice Sílvia Majó, profesora en la Vrije University de Amsterdam e investigadora del Reuters Institute (Cambridge). “Las webs de ayuda para programadores como Stack Overflow funcionan así. Esta forma de agregar la inteligencia colectiva y disponerla de forma contextual, es un buen aliado para hacer aflorar los contenidos de mayor calidad”, dice.

Wikipedia es el gran caso de éxito de este tipo de inteligencia colectiva que ha traído internet. ¿Pueden las plataformas de información en tiempo real adaptar ese formato? No es fácil. Las notas suelen aparecer horas o días después del posts original. Si un usuario ha interactuado con él, X dice que se lo vuelve a enseñar. “Pienso que es una buena solución para una plataforma como X”, dice Àlex Hinojo, editor en Wikipedia. “Pero necesita una buena base de voluntarios. Dependerá de cómo segmentan la participación por idiomas o temas y de si la curva entrada es fácil”, añade. ¿Pero puede convertirse en un campo de batalla polarizado e inservible? “Sí, claro. Es el equilibrio difícil”, dice Hinojo.

“El proceso en general es bastante desmotivador”, dice Herrador. “Uno acaba calificando muchísimas notas para después ver que se hacen públicas muy pocas, o escribiendo muchas que no tienen resultado. No le veo futuro a medio o largo plazo, porque como tarea altruista es muy desmotivadora, así que veo probable que acabe siendo dominada por grupos de interés”, añade. Es uno de los retos. Como en las propias notas, el debate está abierto. Para otro editor de notas consultado por este periódico, el informático Míchel González, el altruismo y el esfuerzo son un valor positivo: “Lo mismo se decía de Wikipedia y ahí está. La democratización de estos sistemas es lo que evita que grupos de presión puedan controlar la información”.

Los conflictos de ediciones en Wikipedia ocurren lejos de los ojos de sus usuarios. En X, los votos y las notas aparecen y desaparecen. El último post de la cuenta oficial de las notas es precisamente sobre este problema: “Actualizamos el algoritmo de puntuación para reducir las notas que aparecen y luego desaparecen a medida que reciben un conjunto de calificaciones más grande y potencialmente más representativo”, dice el mensaje.

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Moderadores despedidos

Twitter, antes de ser X, tenía un enorme equipo de moderación que colocaba etiquetas, castigaba tuits o directamente los suprimía. Ahora están despedidos. Musk cree que la solución es traspasar esta responsabilidad a sus usuarios. No será fácil, según la profesora Majó: “La capa humana de moderación profesional deberá existir siempre. Es evidente que en paralelo a las estrategias de moderación automatizadas evolucionan también las de desinformación y es difícil prever lo que vendrá después”.

Majó destaca el ejemplo del Consejo Asesor de Meta, que se centra en asuntos extremadamente delicados. Es difícil que Musk acepte someterse a un consejo externo. Sus tiempos además son exasperantemente lentos para resolver una cuestión de actualidad. Aunque desde la Unión Europea ya le han avisado que es mejor que se lo piense dos veces ahora con la nueva directiva: “Las obligaciones persisten. Puedes correr pero no puedes esconderte”, ha dicho el comisario Thierry Breton.

El impulso de Musk a las notas coincide con un creciente pasotismo de otras redes sobre cuánto esfuerzo dedicar a moderar sus plataformas. “Existe una corriente importante dentro de las plataformas para ir retirando contenido político”, explica Majó.

Un artículo científico de la Universidad de Purdue (EE UU) analizó en 2022 el sistema que entonces se llamaba Birdwatch. Sus resultados detectaron menos desinformación aunque también menos actividad. Esa actividad podría deberse al temor de retuitear o amplificar un mensaje que luego acabe siendo “castigado” por una corrección del resto de usuarios: “Los hallazgos sugieren que, si bien el programa ayuda a aumentar el conocimiento por escrito, reducir sentimientos extremos y potencialmente reducir la desinformación en el contenido, genera un costo económico en forma de actividad reducida en la plataforma”, escriben los autores.

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Pregúntale a WhatsApp: Meta introduce la inteligencia artificial en sus aplicaciones | Tecnología

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El lanzamiento en abierto de ChatGPT en noviembre del año pasado inauguró una trepidante carrera por la inteligencia artificial (IA) generativa. Meta se había mantenido al margen de ese frenesí, fiel a su apuesta por el metaverso, aplacando a los inversores con pequeños anuncios puntuales para mostrar que no se dormía en ese frente. Esa tregua acabó anoche. El fundador y CEO de la compañía, Mark Zuckerberg, anunció a bombo y platillo el nacimiento de Meta AI, el chatbot conversacional que acompañará a los usuarios en las aplicaciones del grupo, como WhatsApp, Instagram o Messenger.

El magnate mostró en Meta Connect, el evento anual en el que la compañía presenta sus novedades, algunos ejemplos de uso. En un grupo de WhatsApp, el usuario puede preguntarle a MetaAI como si fuera un interlocutor más qué restaurantes orientales están abiertos hoy en el barrio. Todos los miembros del grupo verán la respuesta y podrán interactuar con ella. En Instagram, el usuario le pide al asistente que rodee de cachorros una foto determinada. MetaAI lo hace de forma ultrarrealista y en pocos segundos. “Meta AI es tu asistente básico, le puedes hablar como a una persona. Creo que va a transformar la forma en que la gente usa nuestros productos”, dijo Zuckerberg.

Los usuarios podrán pedirle al asistente de Instagram que genere fondos realistas para sus fotos.

La inmersión de Meta en la IA generativa llega algo más tarde que la del resto de grandes tecnológicas, pero apunta a ser total. El gigante prepara también una aplicación dirigida a empresas para que estas puedan configurar sus propios asistentes conversacionales, al estilo de ChatGPT, personalizados con el aspecto de famosos (como Snoop Dog o Paris Hilton). También presentó una herramienta para crear stickers originales.

Nuevas gafas

El viraje a la IA ha sido parcial. La gran apuesta estratégica de la compañía sigue siendo el metaverso. En el apartado de hardware, Zuckerberg presentó dos nuevos aparatos. Las gafas de realidad mixta Quest 3, que saldrán a la venta el 10 de octubre por unos 550 euros. Tienen un chip que duplica la potencia computacional respecto a las Quest 2. Presenta también algunas mejoras sobre las Quest Pro (1.200 euros), las lentes de gama alta, que siguen siendo las mejores del mercado hasta la fecha.

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Imagen promocional de las nuevas gafas de realidad mixta Meta Quest 3.
Imagen promocional de las nuevas gafas de realidad mixta Meta Quest 3.

Por ejemplo, el salto de la realidad virtual (enteramente digital) a la mixta (combina la visión normal con la incorporación de elementos digitales) se realiza tocando dos veces el lateral de las gafas. El visor escanea también automáticamente la estancia en la que se ubica el usuario y asume todo el espacio como campo de acción. Con los anteriores modelos, había que definir cada vez las fronteras del terreno sobre el que quería uno moverse.

Respecto al software, poco cambio por el momento. La red social del metaverso, Horizon Worlds, sigue sin evolucionar. La realidad aumentada y virtual servirá, básicamente, para jugar y ver películas. El entretenimiento seguirá siendo el gancho principal para atraer usuarios, al margen de ciertos grupos profesionales relacionados con el diseño que le puedan encontrar utilidad para modelaje, por ejemplo.

Mark Zuckerberg presenta en Meta Connect la nueva versión de las gafas inteligentes desarrolladas en colaboración con Ray-Ban.
Mark Zuckerberg presenta en Meta Connect la nueva versión de las gafas inteligentes desarrolladas en colaboración con Ray-Ban.

Meta no ha desistido en su intención de lograr que la gente lleve sus gafas espía. La tercera gran novedad presentada por el magnate estadounidense fue otra generación de las lentes inteligentes Ray-Ban Meta. Siguen teniendo el aspecto de unas inofensivas gafas de sol, pero ahora, además de grabar imágenes, hacer fotos y reproducir música, son capaces de retransmitir vídeos en directo. El asistente Meta AI llegará “pronto”, tanto a las Quest 3 como a las Ray-Ban.

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Smartphone: ¿Cuántas fotos y aplicaciones tienes en el móvil? Trucos para acabar con el desorden digital | Tecnología

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Decenas de apps en las que nunca se inicia sesión, miles de fotos desordenadas en la galería y una bandeja de entrada atiborrada de correos electrónicos. ¿Este escenario le resulta familiar? El desorden digital puede colapsar un dispositivo y crear estrés psicológico en las personas y riesgos de seguridad cibernética para las empresas, según algunas investigaciones. Estos son algunos consejos para mitigarlo en el móvil y el ordenador.

“El desorden digital es estresante”, asegura Cal Newport. Este profesor de ciencia computacional en la Universidad de Georgetown (Washington) defiende que “los clics y desplazamientos incesantes generan un zumbido de ansiedad de fondo”. Además de recuperar el control de las notificaciones, poner orden en la vida digital es un gran desafío en un mundo en el que cada vez se generan y almacenan más fotos, vídeos, documentos y emails.

Amanda Jefferson, propietaria de Indigo Organizing, explica que “a menudo hacemos que nuestro problema de desorden digital sea más grande de lo que es”. “Antes de empezar a buscar desesperadamente en Google cómo organizar tu vida, es útil dar un paso atrás y preguntarte si realmente son todas las cosas digitales las que te estresan. ¿O son solo una o dos áreas, como las fotos y los archivos?”, pregunta. La clave, según la experta, está en concentrarse en aquello que cause más malestar.

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Gestionar miles de fotos

“En lugar de arrancarte el pelo mientras limpias fotos o lidias con un montón de imágenes desordenadas, intenta utilizar algunas de las funciones sofisticadas de muchas aplicaciones de fotografía, como el reconocimiento facial y las etiquetas de fecha y hora”, afirma Jefferson. En los iPhone, la app Fotos reconoce las caras en las imágenes y las ordena en el álbum “Personas”. “Si añades nombres a las caras, podrás buscar fotos por el nombre de una persona”, indica la compañía de Cupertino.

Además, Apple permite encontrar imágenes por fecha, lugares, eventos o categorías (como “playa”, “puesta de sol” o “comida”). Estas funciones también suelen estar disponibles en las galerías de los móviles con Android y en algunas aplicaciones como Google Fotos, que permite encontrar recuerdos de “una boda a la que fuiste el verano pasado, a tu mejor amigo, una mascota o tu ciudad favorita”.

Para ahorrar espacio y poner orden, también es aconsejable eliminar las fotos borrosas o duplicadas. Google Fotos tiene una función para revisar y eliminar las fotos borrosas en cuestión de segundos y Remo Duplicate Photos Remover es una app para deshacerse de las duplicadas. Esto último también se puede hacer fácilmente en la aplicación Fotos del iPhone pulsando en “álbumes”, en “duplicados” y en “fusionar”.

Organizar los archivos digitales

Para encontrar documentos en el ordenador o en plataformas como Google Drive o Dropbox, es importante la forma de nombrarlos. A Jefferson le gusta comenzar con la fecha —el año, seguido del mes y del día— y añadir algunas palabras descriptivas sobre el archivo: “Si estás guardando copias de las calificaciones de tus hijos, puedes usar su nombre y el semestre”. La experta también aconseja agrupar los archivos en carpetas. En vez de “crear una arquitectura de carpetas grande y complicada”, sugiere comenzar “con algunas carpetas simples, como ‘registros médicos’, ‘escuela’ o ‘automóviles’. “Coloca archivos en ellas y agrega más cuando sea necesario”, indica.

Crear copias de seguridad

Para “ordenar la vida digital y proteger tus datos en el proceso”, desde la Universidad Carnegie Mellon aconsejan “crear una copia de seguridad en la nube o copiar esta información en una unidad externa para almacenarla de forma segura en caso de que pierda, le roben o incluso pirateen su dispositivo”. Algo que no resulta fácil para todo el mundo, según la compañía de ciberseguridad ESET. Entre los errores más comunes a la hora de realizar esta copia, la empresa destaca hacerla en el mismo dispositivo o equipo en el que está la información original y no clasificar la información.

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Una alternativa es la regla del 3-2-1. “Consiste en tener tres copias, en dos tipos de soporte diferentes [por ejemplo dos en sendos ordenadores y otra en la nube] y almacenar una de ellas en lugar físico distinto a nuestra casa o lugar de trabajo. De esta manera, nos aseguramos disponer de una copia de respaldo de nuestra información ante imprevistos no deseados”, explica a EL PAÍS Ángela G. Valdés, técnico de Ciberseguridad para Ciudadanos del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE).

Gestionar la sobrecarga de emails

Si en 2022 se enviaron y recibieron aproximadamente 333.200 millones de correos electrónicos al día, se prevé que esta cifra aumente a 376.400 millones para 2025, según Statista. Ante tal avalancha de emails, las etiquetas pueden ser muy útiles para poner un poco de orden. Se trata de una especie de marcadores que permiten clasificar los mensajes. Por ejemplo, los de “trabajo”, de “facturas” o de “viajes”. Para usarlas en Gmail, hay que pulsar en el ícono de menú en la esquina superior izquierda de la pantalla y elegir la opción de crear etiqueta. De esta forma, es posible agrupar los emails y tenerlos ordenados en una especie de carpetas para localizarlos más fácilmente.

Este es solo uno de los trucos para gestionar la sobrecarga de correos electrónicos. Jefferson también sugiere usar “aplicaciones más sofisticadas para limpiar el correo electrónico” como Superhuman. Este servicio, que cuesta 30 dólares —unos 27 euros— al mes, se puso de moda hace unos años en Silicon Valley al permitir controlar los mensajes solo con atajos de teclado.

Eliminar ‘apps’ sin uso

Como destaca Jefferson, “ninguna limpieza digital estaría completa sin limpiar tu teléfono”. La experta recomienda deshacerse de las apps no utilizadas que, además de ocupar espacio de almacenamiento, saturan la pantalla de inicio y pueden gastar batería. Estas aplicaciones se pueden desinstalar una a una de forma manual desde la pantalla de inicio. Para eliminar varias apps a la vez en un móvil con Android, hay que entrar en la opción “gestionar apps y dispositivos” de la Play Store y seleccionar todas las que se quieren eliminar.

En los móviles de Apple, basta con entrar en “almacenamiento del iPhone” dentro de los ajustes del teléfono y seleccionar qué apps o borrar de una lista en la que se indica cuánto ocupa cada una de ellas. Además, los iPhone tienen una función para deshacerse automáticamente de las apps que no se usan. Para activarla, hay que entrar en ajustes y pulsar en “App Store” y en “desinstalar apps no utilizadas”. “Si reinstalas una app, sus datos se restablecerán, siempre que siga disponible en App Store”, indica Apple, que no detalla cuánto tiempo debe ignorar una aplicación el usuario para que se elimine.

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La nueva cara de los videojuegos: una ayuda para mejorar la atención, en terapias contra el TDAH | Salud y bienestar

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El uso de los videojuegos por parte de los menores es una de las cuestiones que más preocupan actualmente a los expertos. El 27,7% los estudiantes españoles de secundaria los usan entre dos y cinco horas diarias, según un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad. Es un tiempo superior al recomendado por la OMS, que fija el máximo en un par de horas. Sin embargo, utilizados adecuadamente pueden ser una buena herramienta para ayudar a los pacientes con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH). Esta patología comienza en la infancia y afecta a entre el 5% y 7% de los niños, según la última edición del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V). Se describe como un patrón persistente de inatención e hiperactividad. Puede ir asociando a la impulsividad e impide el desarrollo normal de las actividades diarias.

Para lidiar con él, se suelen combinar tratamiento farmacológico, terapia cognitivo-conductual y psicopedagógica. Los mejores resultados se obtienen cuando se utilizan las tres juntas, pero desde hace unos años se investiga si se podrían emplear los videojuegos como complemento para aumentar su eficacia. En 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso médico de EndeavorRx, un videojuego diseñado como terapia digital para este trastorno. En él, los usuarios navegan a través de diferentes mundos mientras superan obstáculos y recolectan recompensas. Su objetivo es activar los sistemas neuronales que son clave para la atención.

Irene Sánchez, pedagoga y terapeuta de la Asociación de Ayuda al Déficit de Atención con más o menos Hiperactividad (ADAHI) en Jumilla (Murcia), defiende que los videojuegos son la mejor opción para trabajar a nivel cognitivo-intelectual con los pacientes con TDAH. Es algo que les motiva y que les permite trabajar mientras se divierten: “Tienes que hacerlo atractivo, que ellos se sientan protagonistas de lo que están haciendo”. También defiende que tiene que haber un equilibrio y estar enfocado de manera individual y tener en cuenta cuánto usa cada niño las pantallas en su día a día.

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Un artículo publicado en 2022 en la revista Frontiers defiende que los serious games (juegos serios, diseñados con un propósito formativo más que para fines de entretenimiento) pueden favorecer la adherencia al tratamiento y permitir un diseño neurocognitivo eficiente más personalizado. Sus beneficios van más allá de las mejoras en los síntomas centrales del TDAH y alcanzan otros dominios como la regulación emocional, lo que conduce a un mejor desempeño escolar y social, aseguran los investigadores en el artículo.

La empresa española Sincrolab desarrolla terapias digitales y está trabajando en una aplicación con una inteligencia artificial que modula 14 juegos con 200 modalidades de juego diferentes y 1.500 estímulos. Las tareas que tienen que realizar los niños son como videojuegos y el objetivo es brindarles la experiencia más personalizada posible. “Es muy difícil que dos pacientes, aunque tengan un perfil cognitivo parecido, coincidan en el tratamiento”, asevera Ignacio de Ramón, neuropsicólogo y CEO de la empresa.

Algunas de las tareas disponibles sirven para trabajar la impulsividad, por ejemplo aparece un estímulo y le dice al usuario que pulse un botón. Luego, con el mismo estímulo de otro color, tiene que frenar esa conducta. Otras trabajan habilidades visoespaciales (la capacidad de situar objetos en el espacio) con un juego en el que tienen que controlar una nave espacial. Todas las tareas son duales, de modo los menores tienen que realizar dos procesos cognitivos a la vez: “Por ejemplo, a la vez que controlan el cohete, tienen que hacer una operación matemática”, desarrolla el neuropsicólogo.

Una de las cosas que más destacan desde Sincrolab es que el paciente solo puede usar la aplicación durante el tiempo que paute el profesional de salud (psiquiatra, psicólogo o neurólogo) que se lo prescriba. Su tarea es introducir el perfil cognitivo del niño y esa dosis, es decir, el tiempo de uso.

Una vez superado ese tiempo, el sistema deja de funcionar hasta el siguiente ciclo. El mínimo que se ha comprobado para que el método sea eficaz es tres días a la semana durante 15 minutos, pero de Ramón cuenta que el psiquiatra puede elevarlo en función de la clínica de cada paciente. También destaca que no pretenden ser un sustitutivo, sino un complemento de los métodos tradicionales: “Queremos maximizar el rendimiento y la estimulación cognitiva de los pacientes”.

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El control del tiempo de uso es esencial, manifiesta María del Carmen Ávila, psicóloga de la Asociación La Tortuga, para niños con TDAH. Advierte de que las pantallas son una fuente continua de estimulación y, si no se regula cuánto se usan, puede ser contraproducente y provocarles irritabilidad. Tanto ella como Beatriz Gil Gómez de Liaño, profesora titular de la facultad de psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, defienden que no sirve cualquier juego y solo deberían emplearse como terapia aquellos que estén diseñados con ese fin.

El juego de concentrarse

Un proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación está desarrollando un juego sencillo para estudiar la búsqueda visual en niños con TDAH. En la pantalla aparecen diferentes muñecos y hay que focalizar su atención para buscar los que se tienen que pulsar para alcanzar la puntuación indicada. En contra de lo que esperaba el equipo, los niños con TDAH desempeñaron muy bien esta tarea, Gil Gómez de Liaño, que es la investigadora principal del proyecto, cree que trabajan muy bien porque el juego consigue que estén hiperfocalizados en esa tarea. “Un niño con TDAH en tareas estáticas se suele aburrir, no captas su atención. Tiene que ser algo más dinámico para poder engancharle”.

En el juego han añadido un botón con el que se puede pasar de pantalla, aunque no se haya acabado la tarea. Esto les permite estudiar en qué medida toman las decisiones muy rápido, si se precipitan o no, y los niños aprenden a trabajar con ese tipo de estímulos. Los creadores del videojuego están desarrollando también una aplicación para poder distribuirlo y que llegue a más sujetos para poder obtener más datos.

Cuando se incorporan los videojuegos a la terapia, “puede ir todo más rápido, es más fácil”, afirma Gil Gómez de Liaño. Agilizan el proceso y eso permite que el terapeuta pueda programar cosas que te llevarían mucho más tiempo si las hiciera en papel. “Si sabes que algo funciona, no lo puedes desechar”, concluye la psicóloga.

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