El efecto ‘cara de Ozempic’ o el envejecimiento facial tras perder kilos de forma súbita

Las personas que padecen obesidad tienen pocas opciones terapéuticas. De ahí que algunos de ellos hayan optado por consumir Ozempic, el fármaco estrella de la familia de medicamentos que imitan la acción de la hormona …

Las personas que padecen obesidad tienen pocas opciones terapéuticas. De ahí que algunos de ellos hayan optado por consumir Ozempic, el fármaco estrella de la familia de medicamentos que imitan la acción de la hormona GLP-1 y que han demostrado ser muy eficaces para perder peso. Esta presentación comercial no está indicada en España para el tratamiento de la obesidad, pero sí para la diabetes tipo 2. De ahí que no esté financiado por el Sistema Nacional de Salud (SNS) para la primera patología y sí para la segunda. Sin embargo, quienes quieren acceder a este medicamento para adelgazar optan por acudir a la sanidad privada y recetarse Ozempic, cuyo tratamiento cuesta unos 130 euros al mes. En el caso de los pacientes que padecen obesidad, el uso de Ozempic busca obtener beneficios para su salud, recuerda la doctora Núria Vilarrasa, especialista en endocrinología y nutrición del hospital de Bellvitge. Un objetivo diferente buscan las personas con sobrepeso, que lo consumen en gran medida por motivos estéticos. Quieren perder kilos de forma rápida y eficaz, y eso tiene consecuencias para el organismo. Entre ellos, la piel flácida. Incluso se ha acuñado un nombre popular para describir este efecto cuando se produce en el rostro: cara ozempica. La cara cae debido, entre otras cosas, al exceso de piel, por lo que algunas personas acaban pasando por manos de cirujanos plásticos para solucionarlo.

La doctora Isabel de Benito, presidenta de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre) y directora de la clínica Porcuna & De Benito, explica a la vanguardia que hay personas que han tomado (o toman) este medicamento y que terminan teniendo sus consultas. “El uso de este tipo de medicamentos y, en general, las pérdidas bruscas de peso como reducciones de estómago, tienen consecuencias físicas para la persona”, sostiene.


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La pérdida repentina de peso tiene principalmente dos consecuencias, afirma. Por un lado, la propia pérdida de volumen en los compartimentos grasos que conviene y es necesario rellenar, “sobre todo en el rostro para tener un rostro joven”. De hecho – aclara – la pérdida de esta grasa en el rostro es un hecho común durante el envejecimiento. “En caso de una pérdida importante, lógicamente el rostro envejece”. Sólo hay que mirar la cara de Elon Musk u otros famosos que consumen este tipo de medicamentos.

Paralelamente se produce el efecto sobre la piel. “Cuando tiene volumen detrás se produce un proceso que se llama expansión: se estira hasta un límite y llega un momento, si se repite el estímulo, en que se produce más piel”, apunta. Y claro, cuando el volumen disminuye, “esa piel se puede adaptar hasta cierto punto, pero hay un 30% que no, entonces quedarán sobras. Y ya sabemos lo que le pasa al rostro cuando se produce este fenómeno: tiende a caer”. De ahí que algunos acudan a cirujanos plásticos para remediarlo.

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No es el caso de María Jesús (53 años). Su problema es diferente. Tomó Ozempic durante unos meses sin sufrir eso. continuación en el rostro, pero sí sufrió efectos secundarios que le hicieron dejar de inyectarse, ganando rápidamente los kilos que había perdido (lo que se conoce como efecto rebote).

Hace unos años alcanzó los 139 kilos. “Cuando llegué a esa cifra quise bajar de peso por mi cuenta, pero fue imposible”. En 2018 se sometió a una reducción de estómago. Lo redujeron en un 80%. Ella perdió 70 kilos.

Desde el primer día sufrí dolores de cabeza, náuseas todo el tiempo y un cansancio marcado”.


María Jesús

Sin embargo, con el paso de los años empezó a ganar peso nuevamente. “Con el tiempo el estómago se dilata. Además, la operación no influye en absoluto en el sistema metabólico”. Cuando alcanzó los 90 kilos saltaron todas sus alarmas. Había oído hablar de Ozempic y consultó a su endocrinólogo. Él le dijo que podía tomarlo, aunque le advirtió que tendría que acudir a la sanidad privada para conseguir la receta. Y así lo hizo.

¿El problema? Los efectos secundarios aparecieron de inmediato. “Desde el primer día sufrí dolores de cabeza, que nunca antes había tenido, náuseas todo el tiempo y cansancio marcado”. Ella pensó que tal vez su cuerpo tenía que acostumbrarse al medicamento y por eso continuó tomándolo. Sin embargo, pasaron tres meses y los síntomas no sólo persistieron sino que empeoraron. Al final habló con su médico y le redujeron la dosis hasta dejarlo definitivamente.

Síntomas gastrointestinales

Hay personas que no toleran la droga.

En relación a estos efectos, el doctor Vilarrasa explica que, efectivamente, hay personas que no toleran el fármaco, ni siquiera en dosis bajas, por los síntomas gastrointestinales que puede producir. También recuerda (al igual que el Dr. De Benito) que toda pérdida repentina de peso provoca flacidez, ya sea que esa disminución haya sido provocada por un fármaco como Ozempic o por una cirugía bariátrica.

Durante los tres meses de tratamiento, María Jesús perdió unos cinco kilos, peso que recuperó en muy poco tiempo tras abandonar la medicación. «Cuando lo tomé me sentí saciado, pero en el momento que lo dejas esa sensación desaparece y vuelves a los malos hábitos».

«Cuando tomé Ozempic me sentí lleno, pero en el momento en que dejas de tomarlo esa sensación desaparece».


María Jesús

Al respecto, la doctora Ana de Hollanda, coordinadora del área de obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y endocrinóloga del hospital Clínic de Barcelona, ​​advierte que el efecto del fármaco actúa mientras está Se utilizan, tal como fabrican otros medicamentos para diferentes enfermedades: “Si tomas un medicamento para la hipertensión o el dolor, por ejemplo, no esperamos que siga funcionando después de dejarlo”, puntualiza.

Añade además que los medicamentos para tratar la obesidad “reducen el hambre mientras se utilizan”, por lo que “es normal y esperable que si se suspende se recupere el apetito y se pueda recuperar el peso perdido”.

Solía ​​querer perder peso rápidamente. «Ahora entiendo que tiene que ser algo gradual».


María Jesús

María Jesús pesa ya más de 85 kilos. Explica que sigue haciendo deporte a diario y que, además, su mentalidad ha cambiado. “Antes quería perder peso rápidamente. Ahora entiendo que tiene que ser algo paulatino, que es lo más saludable”.

Este cambio de mentalidad es lo que reclama Jesús Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Obesos y Tratamiento de la Obesidad (Asepo). “La gente lo que quiere es buscar algo milagroso. «Seguir con un hábito erróneo, comer y beber como siempre y ser sedentario, y que el fármaco supla la falta de ejercicio físico».

Ozempic es simplemente una ayuda»


Jesús Javier Díazpresidente de asepo

Recuerde que la obesidad es una enfermedad multifactorial y debe ser tratada en consecuencia desde diversas disciplinas médicas. “El fármaco no cura la parte psicosomática del paciente, ni actúa como sustituto del ejercicio físico, por lo que no es la solución definitiva ni el Santo Grial. «Es sólo una ayuda».

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El Dr. De Hollanda también hace hincapié en el cambio de estilo de vida. Recuerda que en la obesidad la regulación del hambre y la saciedad no funciona correctamente –“es ​​un problema biológico y no comportamental”, subraya- y que la estrategia más común para combatir la patología es la dieta, aunque “tiene efectos muy modestos”. resultados porque en general hacerlo provoca hambre y por eso es difícil mantenerla en el tiempo y la recuperación de peso es muy frecuente”. Pese a ello, afirma que “es muy importante adquirir estos hábitos porque ayudarán a que otros tratamientos sean más efectivos”.

«La obesidad es un problema biológico y no de comportamiento».


Ana de HolandaCoordinador del área de obesidad de la SEEN

Según el presidente de Asepo, el coste del fármaco es otro de los motivos por los que las personas que lo toman acaban abandonándolo. No entiende que esté financiado por el SNS para la diabetes y no para su patología cuando ambas dolencias son tratadas por el mismo profesional, un endocrinólogo. «Es discriminación», dice.

Al coste del medicamento hay que añadir, en los casos en que el afectado así lo desee, el precio para revertir el efecto del medicamento. cara ozempica. Según el doctor De Benito, la cirugía es una solución, aunque existen tratamientos que evitan el quirófano y que también pueden ser efectivos, como las inyecciones de ácido hialurónico. El precio, sin embargo, no se adapta a todos los bolsillos. Según el médico, un vial de buena marca puede costar hasta 400 euros. Además, «en una sola sesión se suelen realizar varias, 4 o 5», apunta, lo que puede incrementar el coste hasta los 2.000 euros. Y el efecto volumen puede durar entre un año y un año y medio en zonas de poca movilidad (pómulos o nariz) y entre seis y ocho meses en aquellas con más movilidad (como los labios).

Oprah Winfrey ha explicado en alguna ocasión que es consumidora de este tipo de fármacos para adelgazar.

Reuters / Lucy Nicholson – Reuters / Mario Anzuoni

Si decide someterse a una cirugía, el número se dispara aún más. Para solucionar, por ejemplo, esta pérdida de volumen facial, uno de los posibles tratamientos es utilizar la propia grasa para rellenar los huecos. El precio de este método, llamado lipofilling, puede oscilar entre los 3.000 y los 6.000 euros.

Si el objetivo es solucionar el exceso de piel del rostro, una solución quirúrgica sería la técnica de lifting facial, un procedimiento que cuesta desde 9.000 euros. “Allí lo que se hace es reajustar la piel al volumen que tenemos e intentar tensar los músculos para rejuvenecer el rostro”, afirma De Benito.

El boom de casos aún no ha llegado»


Isabel de Benitopresidente de la secpre

Este médico también advierte que el boom de casos aún no ha llegado. “La mayoría de los pacientes que adelgazan con Ozempic esperan hasta tener un peso estable para empezar a buscar fórmulas que puedan mejorar su rostro. Especialmente si van a necesitar cirugía. Ahí aconsejamos que tengan un peso estable, es muy importante”, concluye.

Salud versus estética

Los endocrinólogos no se cansan de repetir que, en el caso de las personas que padecen obesidad, adelgazar es una cuestión de salud, y no de estética. Así lo verbalizó la doctora Vilarrasa a este diario en su día. “Hay tres millones de muertes al año en todo el mundo por problemas de exceso de peso, que es la base de muchas otras enfermedades, como hipertensión, diabetes, dislipidemia, apnea del sueño, enfermedades hepáticas, 13 tipos de cáncer, patologías cardiovasculares… Personas con obesidad Tenemos mayor mortalidad y, por tanto, necesitamos tratamientos”. También recordó que esta patología se ha convertido en una “pandemia global” y, en este sentido, explicó que el 22% de la población española tiene obesidad y que de seguir la misma evolución el porcentaje crecerá hasta el 37% en 2035. De Hollanda, «todavía es necesario entender que la obesidad es una enfermedad que causa muchos problemas de salud, más de 200 en concreto, y que su tratamiento puede suponer incluso un ahorro en el gasto sanitario». Entiende que el reconocimiento de la patología «es importante para que se pueda acceder al tratamiento farmacológico, para que la cirugía no se retrase en listas de espera interminables y para que las personas que la padecen dejen de ser estigmatizadas».