Las colas para cargar el coche eléctrico alimentan la «ansiedad de autonomía»

Las largas colas de coches eléctricos esperando su turno, con esperas de más de dos horas, para enchufarse a un punto de sobrealimentación de Tesla vistas esta Semana Santa en Albacete o Cuenca son la …

Las largas colas de coches eléctricos esperando su turno, con esperas de más de dos horas, para enchufarse a un punto de sobrealimentación de Tesla vistas esta Semana Santa en Albacete o Cuenca son la peor propaganda para este emergente sector de la automoción. Principalmente entre aquellos conductores propensos a sufrir la conocida como ansiedad de autonomía, que no es otra cosa que el miedo a quedarse sin batería.

Un temor, según dicen las encuestas, expresado por muchos conductores al plantearse la transición al vehículo eléctrico. Todo se basa en una creencia –aún hoy muy extendida, a pesar de los avances de esta industria– sobre la falta de puntos de carga o la capacidad insuficiente de estas baterías para viajes largos.

Entonces, esas fotos de automóviles, en su mayoría de la marca Tesla, alineados en fila india y parados en esas estaciones de carga, no le han hecho ningún favor a este negocio. Estas escenas se viralizaron en las redes sociales con mensajes que invitaban a imaginar a esos conductores varados horas después en la carretera, en plena Semana Santa, ante la imposibilidad de recargar las pilas.

Y la pregunta obligada. ¿Existe algún problema generalizado en la carga eléctrica de estos vehículos o estas fotos son sólo el reflejo de un momento puntual en unos días de alta movilidad?

El cargador creado por investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, permite recargar baterías de coches en un tiempo récord

PT

Las respuestas son dispares. Si se atiende a algunos mensajes -los más beligerantes- publicados en las redes por conductores atrapados en estas estaciones, se podría pensar que en España faltan cientos de puntos de recarga, que muchos postes de estas estaciones están inoperativos o que el suministro eléctrico en esos dispensadores la electricidad suele ser menor a la anunciada en estas estaciones, lo que prolonga la carga.

Por el contrario, la Asociación Empresarial para el Desarrollo y Promoción de la Movilidad Eléctrica (Aedive) afirma, al referirse a lo ocurrido en Cuenca o Albacete, que «no se ha producido tal colapso por falta de puntos de recarga, sino por una mala planificación de algunos usuarios de vehículos eléctricos, en una operación de tráfico en vacaciones, que insistieron en acudir a recargar a una estación que estaba saturada, con otros puntos de carga de alta potencia cercanos a lo largo de la N-3 y sin problemas de colas”.

Los impulsores de la movilidad eléctrica se preguntan por qué las colas en las gasolineras baratas no son noticia

Así lo afirma el director general de esta asociación, Arturo Pérez de Lucía, quien no oculta su sorpresa (por no decir enfado) ante esta información que ha difundido a través de las redes, “cuando el vehículo de las personas que se han quejado (la mayoría son Tesla) permite al conductor conocer dinámicamente el estado de ocupación de la red de sobrealimentadores y por tanto, podría saber con antelación a su llegada si la estación estaba congestionada y optar por otro punto”.

El síndrome de la reserva

Sufrir la sensación de estar abandonado

La ansiedad por la autonomía, o ansiedad por la autonomía, entre los usuarios de vehículos eléctricos es un síndrome similar al que puede sentir un conductor de un coche térmico cuando la aguja de reserva de combustible marca su mínimo y existe la duda de si se alcanzará o no el límite. la primera gasolinera. La única diferencia es que la ansiedad por la autonomía en la movilidad eléctrica se puede sufrir, según diferentes estudios, con sólo salir de casa y con las baterías llenas. Pero eso se cura con el tiempo. Un estudio realizado en EE.UU. revela que la ansiedad por la autonomía la superan prácticamente todos los conductores de coches eléctricos cuando aprenden a programar recargas en viajes largos y confían, como por ejemplo a la hora de tomar el pulso a la aguja de reserva de combustible. combustibles, en la total fiabilidad de las baterías.
Esta ansiedad esconde riesgos al conducir. Si sufres, no puedes quitar la vista de la señal de la batería, dudas si encender o no la calefacción o el aire acondicionado. Todo el viaje está pendiente en los puntos de recarga por miedo a quedarse varado o se varía la velocidad, acelerando más o menos, para ahorrar dinero. Y todo ello, advierten los expertos, sólo genera altos niveles de ansiedad y estrés, nada bueno para la atención requerida a la hora de ponerse al volante.

Gustavo Ruiz de Villa, ingeniero industrial, es uno de esos conductores de Tesla que publicó en X la foto que acompaña esta información tomada el pasado sábado en una estación de Albacete.

Tuvo que esperar a que ese punto de sobrealimentación colapsara. Ruiz de Villa afirmó ayer a La Vanguardia que su intención al publicar esa escena “no era dar a entender que hay caos y colapso general a la hora de recargar pilas”, como se deja entrever en decenas de mensajes que luego opinaron sobre aquellos fotos.

Uno de los usuarios atrapados asegura que nunca volvería a cargar combustible y que lo ocurrido es “puntual”

Sí, hubo, esta Semana Santa, “problemas puntuales en estas estaciones de Cuenca y Albacete –reconoce-, pero eso no es la norma”. Este ingeniero quiso alertar a Tesla de que en estas estaciones, ya antiguas, «se pueden producir estos colapsos, si no se garantiza que todos los postes funcionen y que la potencia de carga no se reparta entre diferentes proveedores eléctricos cuando estén todos enchufados». Y nada más, insiste.

Ruiz de Villa es, sin embargo, más crítico al denunciar que «de momento hay puntos de recarga en España listos para funcionar, pero no están operativos por trabas burocráticas».

Reitera que las administraciones, que tanto gustan de presumir de esta movilidad limpia, «tienen que garantizar tras estos anuncios la mayor oferta posible de puntos de recarga».

El futuro de los coches eléctricos depende, en parte, de la mejora de las baterías y los sistemas de carga eléctrica.

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En cuanto a la ansiedad por la autonomía, este conductor con 150.000 kilómetros en Tesla en los últimos 7 años, no niega que existe, pero asegura que este “mal” se cura rápidamente cuando “se comprueba la fiabilidad de las baterías y se aprende a programar las recargas”. » en salidas largas”. Y confiesa que nunca “volvería al coche térmico”.

Arturo Pérez de Lucía afirma al respecto que “el mayor problema en España, en torno a la movilidad eléctrica, no es la ansiedad por la autonomía, sino el desconocimiento y la desinformación sobre la realidad del vehículo eléctrico y su ecosistema”. Ahí, reconoce, todavía queda mucho trabajo por hacer.

Y sobre las colas que también podría generar una oferta en un punto concreto con rebajas en el coste de la luz, el director general de Aedive recuerda que «esto también pasa en las gasolineras, pero estas esperas no son ninguna novedad».

Una industria en expansión

Pero lejos de los objetivos

La industria del vehículo eléctrico está creciendo en España, aunque no al ritmo deseado. El año 2023 (con ventas récord, 70.000 unidades) cerró con 466.178. Unidades rodantes con enchufe. Una cifra alejada de los 5,5 millones de vehículos eléctricos previstos para 2030. AEDIVE habla de un “mercado en expansión”. En cuanto a los puntos de carga, si bien no se alcanza la cifra deseada, se considera que las 30.000 estaciones que hay hoy en el país garantizan el servicio a los vehículos eléctricos que circulan.