Son once personas, siete de ellas con discapacidad intelectual, que han conseguido superar todas las dificultades para elaborar un dulce innovador al que han llamado Les Roques del Maresme. Son pequeños trozos pedregosos de peladillas bañadas en chocolate y miel que ellos mismos recogen en los panales de Can Parcalá, la finca de Cabrera de Mar desde la que han lanzado el nuevo producto gourmet impulsado por la Fundación Maresme, a través de una nueva fórmula que promueve la inclusión e inserción laboral de personas con especiales dificultades.
Los apicultores artesanos de Can Parcala demuestran que las barreras son obstáculos que se pueden superar con perseverancia. una cualidad que sobra a los artesanos de la finca. Ellos mismos recolectan hasta 2,5 toneladas de miel cada año, que venden para cubrir los gastos de la actividad.
Son apicultores que han recogido 2,5 toneladas de miel que elaboran los Roques del Maresme
Con la presentación de Les Roques del Maresme culminan meses de pruebas para obtener un producto exclusivo para los paladares más exigentes y que no ha pasado desapercibido para grandes empresas como Mango o La Roca Village, que el año pasado lo incluyeron en sus promociones navideñas. Sólo en 2023 lograron elaborar 900 kilos de rocas presentadas en tres formatos: chocolate negro, chocolate con leche y naranja confitada, y chocolate blanco con semillas de sésamo. Una exquisita combinación de peladillas con miel de Can Parcala bañadas en chocolate de primera calidad. Todos los ingredientes provienen de productores locales comprometidos con la inclusión, la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.
En Can Parcala los propios apicultores son los protagonistas de otro proyecto: el Aula de Apicultura a través del cual conciencian a los escolares de la comarca de la importancia de la función polinizadora de las abejas.
La finca de Can Parcala es propiedad de la Fundación Alsina i Arenas i Baum de Bernis, que, consciente de la labor social que realiza la Fundación Maresme con personas con discapacidad intelectual, la cedió de forma gratuita en 2013.
Las piedras dulces son el segundo producto que los jóvenes de la fundación tienen preparado para su comercialización. De esta manera aprenden la elaboración de productos emprendedores y disfrutan de recursos terapéuticos. Sólo con abejas, los apicultores de Can Parcala obtienen 2,5 toneladas de miel natural de mil flores con las que también elaboran el caramelo de chocolate.
“Tenemos el único aula de apicultura de Europa”, explica Chema Magro, uno de los monitores. Con los panales han podido dar a conocer la fragilidad de las abejas polinizadoras tras superar el ataque de las avispas asiáticas que casi acaba con el rebaño ganadero. Con esto, los niños también han aprendido a ser resilientes y a dar un valor añadido a sus actividades diarias.
El día de la presentación, Miguel Àngel, uno de los jóvenes participantes en el proyecto, no pudo ocultar su ilusión al mostrar el nuevo producto artesanal. “Estoy muy feliz de poder darles una probada de las rocas”, dijo mientras sostenía nerviosamente una bandeja con hileras de las tres variedades de dulces. “Nosotros los fabricamos y los vendedores los venden para ganar un poco de dinero”, resumió, consciente de que su creación pronto destacará en los escaparates junto a los productos gourmet más exclusivos.
El equipo de apicultores de Can Parcala tiene su trabajo muy bien definido. Un equipo de psicólogos diseñó las tareas en función de las habilidades profesionales de cada uno de ellos para adaptarlas a un lugar de trabajo y crear lo que alegremente llaman “pura artesanía”.
La Fundación Maresme es una entidad sin ánimo de lucro que promueve la inclusión y permite la participación activa del colectivo de personas con discapacidad intelectual. Es un referente de economía social y solidaria que destaca por invertir en innovación, conocimiento y capital humano para dar respuesta a las nuevas demandas emergentes del colectivo, tanto a nivel de información y orientación como de asistencia y tratamiento.
