Acomplejados ante el islam, por Daniel Arasa

Numerosos medios de comunicación españoles informan con amplios reportajes y noticias sobre el inicio y desarrollo del Ramadán, periodo de penitencia para los musulmanes. Por el contrario, casi ninguno hace referencia a la Cuaresma para …

Numerosos medios de comunicación españoles informan con amplios reportajes y noticias sobre el inicio y desarrollo del Ramadán, periodo de penitencia para los musulmanes. Por el contrario, casi ninguno hace referencia a la Cuaresma para los cristianos, aunque siguen siendo mayoritarios en este país. Junto a la tendencia sistemática a anular, silenciar todo lo relacionado con el catolicismo, excepto si se trata de un escándalo, que luego se magnifica, un aspecto justifica a los medios de comunicación: mientras una gran parte de los musulmanes cumplen con las prescripciones de su religión en el Ramadán, entre Los cristianos sólo una minoría lo hace en Cuaresma. Han convertido la propia Semana Santa en un período de vacaciones, no en días de reflexión, penitencia o vida interior. Incluso la participación o contemplación de las procesiones, muchos la vinculan más al turismo cultural que a la profundización espiritual.

El hecho de que los requisitos obligatorios de Cuaresma sean tan reducidos, dos días de ayuno –Miércoles de Ceniza y Viernes Santo– y abstinencia de carne los viernes, posiblemente contribuye a restar importancia a su importancia, mientras que el ayuno de los musulmanes es mucho más severo. En cualquier caso, entre los cristianos educados y coherentes hay muchos que, por amor a Dios y al prójimo, dan limosna y ayudan a otras personas o hacen sacrificios que nadie nota, como limitar el entretenimiento, salir, fumar, comer, etc.

La Semana Santa se ha convertido en un período de vacaciones, no en días de reflexión

Este año, las celebraciones del Ramadán y la Cuaresma casi han coincidido cronológicamente y en Italia hubo una gran polémica por el acercamiento de algunos obispos a los musulmanes. El arzobispo de Bolonia, el cardenal Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, escribió una carta pastoral dirigida a los creyentes del Islam que, por su contenido y forma, muchos interpretaron no sólo como un deseo de que celebraran bien el Ramadán, sino como un paralelismo entre ambas religiones que llevó a un cierto sincretismo y un olvido de la figura de Cristo. Algunos críticos fueron más allá y recordaron que en el Ramadán los musulmanes ven exaltado su radicalismo contra los infieles, señalando la atención a la yihad como principal servicio a Alá. En este sentido, y aunque se produjo después de semejante pastoral y no se puede establecer ninguna relación, hay que recordar que el atentado de Moscú que se cobró 139 vidas, reivindicado por el Estado Islámico, tuvo lugar durante el Ramadán.

Aún más explícito en esta línea fue Massimo Rizzi, jefe de la Oficina para el Diálogo Interreligioso de la diócesis de Bérgamo, quien invitó formalmente a sacerdotes y otros católicos a participar en las oraciones y comidas de iftar – los ágapes comunitarios con los que los musulmanes rompen el ayuno después de la puesta del sol – en un esfuerzo por promover el diálogo interreligioso y el entendimiento mutuo.

La mezquita de Bilbao este año en el inicio del Ramadán

Miguel Toña/EFE

Nuevas discrepancias. Algunos consideran positivas estas iniciativas, otros las rechazan y muchos ven cierta complexión en el Islam, cuya expansión crece en Europa debido a la inmigración masiva y a la elevada fertilidad de sus matrimonios, mientras que entre los cristianos la práctica disminuye. religiosa y su tasa de natalidad está por los suelos.

Son señales de que tanto las tensiones como los esfuerzos por la convivencia interreligiosa están ahí y aumentarán en una sociedad cada vez más plural, también religiosamente. Pero no pueden hacernos olvidar lo central y conocer lo diverso, también en la relación y en la deseable buena convivencia cristianismo-islam. Sepa dónde están todos. Todos son hijos de Dios, pero para los cristianos él es un dios personal, un padre amoroso que ha redimido al mundo a través de Cristo, mientras que Alá es un dios distante y sumiso.