Sí a la vida, por Juan José Omella

El 25 de marzo del próximo año, 2025, se cumplirán treinta años desde que el Papa San Juan Pablo II publicó la carta encíclica evangelium vitae, sobre el valor y la inviolabilidad de la vida …

El 25 de marzo del próximo año, 2025, se cumplirán treinta años desde que el Papa San Juan Pablo II publicó la carta encíclica evangelium vitae, sobre el valor y la inviolabilidad de la vida humana; Es un documento dirigido a todos los católicos y a todas las personas de buena voluntad. La fe cristiana, proclamada por el Papa, ilumina nuestra vida, entonces y ahora, y nos hace entenderla como un don, como un don que hemos recibido. Ninguno de nosotros nos hemos dado la vida a nosotros mismos, la hemos recibido de nuestros padres y ellos de los suyos y, así, en cadena ininterrumpida hasta el acto creador de Dios, fuente de vida.

Dios Padre nos ha dado la vida y nos la confía para que la custodiemos responsablemente y nos abramos a su revelación. Una revelación que en la persona de Jesucristo anuncia su presencia entre nosotros, propone su guía a la comunión con Dios y nos promete una vida plena y eterna con Él después de la muerte. Nuestra vida no está libre de sufrimiento y dolor, pero debemos saber compartirla con los demás, ayudándonos unos a otros, haciendo camino en el seguimiento y anuncio del Señor.

Que los poderes públicos trabajen para dotar de recursos a los enfermos

Dirijamos nuestra mirada a María de Nazaret, la joven virgen que, ante el anuncio del ángel Gabriel, a pesar de sus dudas y dificultades, respondió con humildad y generosidad, y con suaceptó ser la madre de Jesús, el Hijo de Dios encarnado ( lc 1,26-38).

Por eso, cada año, en la solemnidad de la Anunciación del Señor, el 25 de marzo, la Iglesia celebra la Jornada por la vida, la vida que en Jesús nos será dada de manera plena, y que debemos sostener con nuestra fe. , nuestra esperanza y nuestro amor abiertos a todos los que nos rodean, especialmente a los más necesitados.

Una vida que debemos vivir y promover desde su inicio hasta su final natural, a pesar del sufrimiento y dolor que la amenaza, trabajando también contra enfermedades degenerativas, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o aquellas que generan grandes dependencias con muchos problemas personales y económicos. cargas. Es necesario instar a las autoridades públicas a comprometerse a trabajar para que todas estas personas puedan afrontar la enfermedad con los recursos necesarios y con la calidez humana del personal sanitario y de toda la sociedad.

Este año, la celebración de la Jornada por la Vida, que como hemos dicho suele celebrarse el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, se ha trasladado, por motivos litúrgicos, al lunes 8 de abril, segundo semana de Pascua. Así celebramos la Vida en el Señor resucitado, que abre la puerta a la vida eterna, a la plena comunión con Dios. Que Dios nos ayude, que nos dé la fuerza, la sabiduría y el coraje para defender la vida del ser humano en todas las etapas de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural.