Un hombre asesina a su pareja y a sus dos hijos y se suicida en las vías del tren

La calle Agramunt de El Prat de Llobregat desemboca en la Plaza 17 de Setiembre. En una de las esquinas, una gran tortuga y un oso coronan un agradable parque infantil que se llena de …

La calle Agramunt de El Prat de Llobregat desemboca en la Plaza 17 de Setiembre. En una de las esquinas, una gran tortuga y un oso coronan un agradable parque infantil que se llena de niños después del colegio. Seguramente los gemelos de ocho años, un niño y una niña, que fueron asesinados por su padre el martes pasaron más de una tarde jugando en esos toboganes. El hombre, un ingeniero industrial de 42 años, había asesinado previamente a su madre de 43 años. Luego condujo hasta la estación de la ciudad, aparcó su vehículo y saltó a las vías en cuanto vio aparecer el primer tren. Murió instantáneamente. En algún lugar dejó una nota con cuatro frases. Pidió «perdón» y advirtió que «no es un caso de violencia machista».

Frente a la vivienda unifamiliar a la que se mudaron el matrimonio y los hijos hace apenas dos años, una vecina dejó una rosa. No habían tenido tiempo de integrarse en la vida vecinal de la zona. De hecho, ayer por la mañana los vecinos hablaron mucho para terminar admitiendo que prácticamente el trato que tuvieron con la pareja fue un saludo que pocas veces fue devuelto.

A las cuatro de la tarde del martes, el 112 recibió una notificación de que un hombre se había tirado a las vías del tren. El cortejo judicial acudió al lugar para autorizar el levantamiento del cadáver. En algún lugar, los Mossos d’Esquadra de la unidad de investigación de la comisaría de El Prat localizaron una nota inquietante. El hombre pidió “perdón” y advirtió que lo que había hecho no debe calificarse como “violencia de género”.

Una pareja de policías acudió al domicilio familiar para informar a la mujer del fallecimiento. Pasó el tiempo y nadie apareció en esa casa. Finalmente, y ante la preocupación que generó la nota que había dejado el suicida, se decidió saltar por la parte trasera y acceder a la vivienda. Los tres cadáveres estaban en el primer piso, en el garaje. Los peritos forenses que ayer realizaron la autopsia a las tres víctimas asesinadas determinaron en un primer informe preliminar que habían sido asfixiadas. Madre e hija fueron estranguladas con un lazo, algún cinturón o objeto tipo bufanda, mientras que el niño varón fue asfixiado con sus propias manos. Es previsible que la secuencia mortal comenzara con la madre y terminara con el asesinato de los niños. Terrible en cualquier caso.

Los primeros datos de la autopsia indican que el hombre asfixió a la madre y a los gemelos de ocho años

El hombre, Roberto Díaz Herrera, que habría cumplido 42 años en noviembre de este año, se graduó en la Universidad Politécnica de Cataluña. Se especializó en máquinas navales. Y según datos de su perfil de LinkedIn, desde 2018 ocupaba un puesto importante en la sección de operaciones de la multinacional española Naturgy, aunque actualmente se encontraba de baja.

Uno de sus compañeros de la universidad se acercó ayer tímidamente a las puertas de casa para intentar confirmar con sus propios ojos lo que le habían contado. No quiso hacer ninguna declaración más allá de asegurar que su amigo estaba atravesando una depresión especialmente intensa que le había arrojado a un pozo sin fondo. Un pozo al que inexplicablemente decidió arrastrar al resto de su familia.

Parque infantil junto a la casa donde se encontraron tres cadáveres

Joan Mateu Parra/Tiroteo

A pocos metros de su casa, Manel regenta un gimnasio de barrio al que se había apuntado el hombre. Es curioso porque ni él ni otros usuarios que compartieron máquina en algún momento recordaban el nombre del individuo. Sí, se le podía ver llegar ya vestido con ropa deportiva y haciendo ejercicio siguiendo los pasos marcados en alguna aplicación de su teléfono móvil.

Gabriel, otro vecino del barrio, vio al hombre el domingo cerca de la plaza. «No más. Nos cruzamos como otras veces, pero ni siquiera lo saludé porque era de esas personas que nunca te saludan”, dijo. Recordó haber visto a los gemelos, un niño y una niña, salir de la casa con su madre.

Los Mossos encontraron los tres cadáveres en el garaje de la casa de El Prat, al que entraron saltando por el patio

¿Qué pudo haber pasado para que el hombre cometiera los tres crímenes? El grupo de homicidios de la región policial metropolitana sur se ha hecho cargo de una investigación que el juez de instrucción de El Prat decretó secreta. La sala de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña emitió ayer un comunicado advirtiendo de la inexistencia de causas relacionadas con la violencia machista. No hubo denuncias, ni la policía municipal del Prat ni los Mossos d’Esquadra habían sido llamados nunca a esa dirección por ningún incidente.

Más allá del episodio depresivo que debió sufrir el hombre, según confirmaron a este diario varias fuentes consultadas, otros interlocutores se refirieron a los problemas económicos que atravesaba la familia. De todas formas, los investigadores intentaban buscar algún otro elemento que provocara la reacción del individuo, que decidió acabar con la vida de su familia. También utilizando un método particularmente violento como es la asfixia.

Dirección donde fueron encontrados tres cadáveres en El Prat

Joan Mateu Parra / Tiroteo

Con estos dos hermanos ya son cinco los menores asesinados sólo en Cataluña a manos de sus padres. Una cifra que se eleva a siete en toda España. Hace unos días, en Bellcaire, un padre apuñaló varias veces a su hijo de cinco años. También quiso acabar con la vida de su madre apuñalándola repetidamente, pero ella sobrevivió.

El presunto asesino, un alto cargo de Naturgy, tenía problemas económicos, según algunas fuentes

En El Prat la ciudad recordó a las víctimas y condenó el hecho con un minuto de silencio. Los vecinos se concentraron por la tarde a las puertas de la vivienda para rendir homenaje a los tres asesinados.

Los investigadores trabajaron hasta altas horas de la madrugada en la casa de las víctimas. Recorrieron las habitaciones de una casa de tres pisos que contaba con una colchoneta de salto en la terraza para los hermanos. Quizás el análisis de los teléfonos o la reconstrucción de los últimos momentos de la vida del asesino expliquen, si existe, el elemento que desencadenó estos tres últimos crímenes de violencia de género.

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